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Aguascalientes, Ags.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI), vive a nivel nacional la peor crisis de su historia, y en esta entidad la situación no es nada distinta.
Se puede decir incluso que hasta es peor a nivel estatal que a nivel nacional. La pésima imagen que les ha dado el primer priista del país, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto con su inseguro actuar en la toma de decisiones y acciones que se le atribuyen como máximo mandatario del país se ha reflejado en sendas derrotas en muchos estados donde el tricolor gozaba de posiciones de honor aunado a las “vergüenzas“ que les han provocado varios exgobernadores.
Así las cosas en Aguascalientes, desde el 2010 pese a que ganaron ya junto con otros partidos porque solos no pueden la elección a gobernador y que de ahí como partido ya habían sido superados por el PAN, situación que se reflejó en las elecciones del 2012 la presidencial donde el Revolucionario Institucional perdió en Aguascalientes, además de las senaduría y diputaciones federales en juego, lo mismo que en 2013, donde perdió la alcaldía capitalina, en 2015 Acción Nacional se llevó el carro completo con las tres diputaciones federales en juego y como colofón ser en 2016 donde de plano se quedó a la deriva, al perder la gubernatura y la mayoría que sostenía con alfileres en el Congreso estatal.
En los números el PRI luce como un partido más, pero más allá de eso la crisis interna que vive y que pasa por los aspectos económicos porque al tener cada vez menos votos recibe menos recursos públicos, además de contar con pocos funcionarios públicos recibe por ende menos cuotas, sumando el saqueo que ha sufrido de manera interna.
El más notorio quizás fue en las horas previas al 5 de junio donde no son pocas las voces que aseguran que algunos cercanos a Lorena Martínez Rodríguez metieron mano en las jugosas bolsas millonarias destinadas para la operación política del Día D, como lo es el acarreo y la movilización, ya que con la idea de que “al cabo vamos a ganar, no pasa nada si agarro, 1 o 2 millones de pesos“ y ándale que pierden, pero los que rascaron la bolsa se quedaron protegido$.
En fin que después de ello, los grupos se revolvieron bastante, los que eran no tan fuertes crecieron al menos en la estridencia ante el contingente que parece ser el más numeroso el cual es el de la candidata derrotada, Lorena Martínez Rodríguez, mismo que se ha contraído y está sufriendo una división intestina misma que es pública.
Por si fuera poco hay que añadir que también hay sospechas de malos manejos de los recursos en la dirigencia que desde diciembre del 2015 ocupa, Norma Esparza Herrera, además de la nulidad del trabajo (cualquiera que haya sido) de Alberto Solís Farías como secretario general y de ahí para bajo.
En la actual Legislatura, el exsecretario de gobierno, Sergio Reynoso más famoso por tener bien acomodado a toda su parentela como hijos, hijas, sobrinas, sobrinos y hasta yernos con taxis, notarías, regidurías y otro tipo de canonjías pretende seguir rindiendo pleitesía a su antiguo patrón, el exgobernador del estado, Carlos Lozano.
Y es ahí que el grupo de Lozano de la Torre también está en el ojo del huracán, luego de que su hijo, busca ser el nuevo líder del tricolor, lo cual es mal visto por muchos priistas.
Pero como citamos líneas arriba, los demás grupos, como el de los Otistas, no se dejarán imponer por los Lorenistas que se queden con lo poco que queda para repartir, lo mismo que los Olivares que se venden caro a quien más les ofrezca.
El tema es que ahora el PRI vive una etapa de canibalismo tan feroz que aquel que se descuide prácticamente estará desapareciendo de la faz de la vida política al menos los próximos doce años, un largo tiempo en el cual no se descarta que el otrora partido aplanadora desaparezca y luego reaparezca con las mañas de siempre pero con otras siglas.
Se estima que unos 20 tricolores aspiren en marzo próximo a levantar la mano y apuntarse para quedarse como el nuevo dirigente del partido, posición importante porque de ahí dependerán los dedazos para los comicios federales del 2018 y sobre todo los locales del 2019 donde muchos buscarán candidatura a diputaciones y alcaldías.
Los guerreros ahora derrotados se darán con todo o más bien con lo que les queda.