Redacción
En el remoto paisaje del Valle de la Muerte en California, un fenómeno notable está ocurriendo: el regreso del cachorrito de Devils Hole, uno de los animales más raros del mundo.
Este pequeño pez de color azul metálico, único en su especie, ha cautivado la atención de científicos y conservacionistas debido a su adaptación excepcional a un hábitat extremadamente delicado.
Durante décadas, el cachorrito ha enfrentado una lucha implacable por la supervivencia en las aguas termales y salobres del Devils Hole, una formación rocosa en el Valle de la Muerte.
La pérdida de hábitat y otros factores amenazaban su existencia, llevándolo a ser incluido en la lista de especies en peligro de extinción.
En una caverna rodeada de rocas en el desierto de Mojave, este diminuto pez, del tamaño de una pulgada, se mueve con cautela.
El cachorrito de Devils Hole, como se le conoce cariñosamente, se deleita en las cálidas aguas que mantienen una temperatura constante de 92º F (33º C).
La cueva que alberga a estos peces fue designada como Monumento Nacional del Valle de la Muerte por el presidente Harry Truman en 1952.
A pesar de las protecciones otorgadas, la población de estos peces ha sufrido una disminución dramática desde la década de 1990, cuando se estimaba que había entre 200 y 250 individuos. Sin embargo, el panorama parece estar cambiando.
Después de años de declive, los científicos y conservacionistas han registrado un aumento alentador en la población del cachorrito.
En la primavera de 2022, el Servicio de Parques Nacionales informó la presencia de 175 peces en la caverna.
Recientemente, un recuento reveló que la población ha crecido a 191 peces, la cifra más alta observada en 25 años.
Este aumento sigue a la devastación causada por los remanentes del huracán Hilary, que inundó la caverna el año pasado.
Aunque las inundaciones pueden tener efectos adversos a corto plazo, los científicos explican que esta tormenta finalmente benefició al ecosistema, aportando nutrientes vitales.
Michael Schwemm, biólogo principal de peces del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, expresó su entusiasmo por esta tendencia positiva, destacando las oportunidades que esto representa para futuras investigaciones y la gestión de la especie.
Los biólogos han observado un comportamiento activo y una “condición notable” en los peces, incluyendo un aumento en el número de crías y múltiples individuos en proceso de desove y cortejo.
Este retorno podría indicar cambios significativos en su pequeño ecosistema, y los científicos planean recopilar datos a largo plazo para comprender mejor cómo las condiciones se han vuelto más favorables y qué otros factores han impactado en la población del cachorrito.