Emplaza escultor sus guardianes en el Centro Histórico de CDMX

La Jornada

CDMX.- Tender puentes entre tiempos, culturas y civilizaciones anima el trabajo del artista español Xavier Mascaró (París, 1965), cuya muestra escultórica Guardianes se aloja en el Museo del Templo Mayor.

Integrada por 14 esculturas en gran y mediano formatos elaboradas en hierro y una en bronce, la exposición que se abrió al público el pasado miércoles es una de las actividades centrales organizadas por la embajada de España para celebrar 40 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con México.

En uno de los andadores del Museo del Templo Mayor están emplazadas tres esculturas colosales en forma de cabezas humanas.

A la inauguración acudieron Luis Fernández-Cid de las Alas Pumariño, embajador de España en México; Fernando García Casas, secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica del gobierno español; Jimena Lara Estrada, directora general de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Cultura federal, y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, coordinador general de Asuntos Internacionales del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX).

Exhibidas de forma parcial en el Instituto Cultural Cabañas, en Guadalajara, hasta el pasado marzo, las piezas de Guardianes se encuentran distribuidas en un circuito formado por el Museo del Templo Mayor, la Plaza del Seminario (ubicada en el costado oriente de la Catedral Metropolitana) y el Centro Cultural de España en México, puntos de referencia del Centro Histórico de la capital de la República.

Mito, ritual y pasiones

En entrevista con La Jornada, Xavier Mascaró expresó su admiración por la fuerza y la riqueza del arte prehispánico, lo que incluso lo llevó a instalar aquí su taller desde hace siete años, además de dirigir su obra a figuras inspiradas en chamanes, diosas de la fertilidad y seres mitológicos del México antiguo.

Explicó que su forma de trabajar es una respuesta a los ecos lejanos y un homenaje a los artistas anónimos que expresaron sentimientos universales.

Es una manera de entablar un diálogo entre el legado prehispánico y mi obra, destacó el escultor, quien asumió al mito y el ritual como esenciales en su concepción artística.

Son formas mediante las que el hombre busca explicar lo que no entiende y protegerse del futuro y la fortuna. Me parece que tienen una dimensión que es precursora de lo que luego es la religión, una forma de protección. En los mitos y los rituales están los anhelos, los miedos y las pasiones humanos.

Según Xavier Mascaró, su estancia en México ha sido determinante en su trabajo artístico, al permitirle regenerar su propuesta a partir del arte prehispánico.

Este país es una fiesta para los sentidos, por los colores, la arquitectura, la ropa, los olores, la gente. Es un mundo diferente al que estoy acostumbrado y que me permite vincular mi fascinación por la historia, dijo.

Me interesan mucho las culturas antiguas, su arte, porque en él se diluye todo el contexto y se queda sólo la esencia del individuo que existió y que dejó ahí una huella de su constancia, de su presencia.

Encuentro con el arte

El hecho de que algunas de las esculturas de Xavier Mascaró se exhiban en espacios públicos, como la Plaza del Seminario, es gran aliciente para el artista, porque de esa manera, a su decir, se genera entre la pieza y el espectador una relación muy diferente a la que se suscitaría en un museo o galería.

En un espacio público, las personas no van con una idea preconcebida o predispuestas. Es un encuentro con el arte que siempre suscita sorpresa. Es algo más espontáneo, y me gusta mucho ese fenómeno, porque interactúan con el arte, se toman fotos, lo tocan, juegan.

Formada por esculturas en las que se aprecian seres sentados en flor de loto, cabezas humanas e incluso una es una especie de baile, la muestra Guardianes concluirá el 20 de septiembre en los tres sitios del Centro Histórico mencionados.

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