La Silla Rota
Japón.- El presidente de una de las mayores agencias de publicidad en Japón, renunció a su puesto luego de que se diera a conocer la noticia del suicidio de uno de sus empleados, quien se quitó la vida a causa del estrés que le produjo el exceso de trabajo al que era sometido.
El caso de Matsuri Takahashi, una joven de 24 años que laboraba para la empresa Dentsu, es un ejemplo de negligencia laboral. De acuerdo con testimonios dejados por la fallecida, sus jornadas de trabajo llegaban a alcanzar las 20 horas y, para que esto no fuera debidamente denunciado, la empresa forzó a la chica a registrar menos horas de las que realmente cumplía.
Lo sucedido con Takahashi fue considerado por las autoridades japonesas como un caso de “karoshi” (muerte relacionada con el exceso de trabajo), ya que se calcula que la chica llegó a trabajar hasta 105 horas por mes, a pesar de que los registros de Dentsu mostraran que sus jornadas estaban dentro de los límites legales.
El Ministerio del Trabajo de aquel país, trasfirió el caso con el Ministerio Público, ya que se determinó que la empresa y sus ejecutivos violaron la legislación laboral y por ello, eran responsables de la muerte de Matsuri. El presidente de la empresa Dentsu, Tadashi Ishii, anunció que dejará su cargo el próximo mes.
Aunque el empresario aseguró lamentar lo sucedido con su trabajadora, sentirse responsable y, además, avisar que asumirá todas las responsabilidades, dio a entender que la empleada fallecida simplemente estaba dando lo mejor de sí. En caso de tener responsabilidad, sería simplemente no haberle puesto un alto: “Lamento profundamente no haber puesto un alto (al exceso de trabajo) y no haber definido un cierto patrón”. Al dar aviso de su salida, Ishii pidió a quienes se hagan cargo de la empresa en un futuro “no impedir a los trabajadores dar lo mejor”.
No es gratuito que haya un señalamiento especial para definir la muerte relacionada con el exceso de trabajo en Japón (“karoshi”). De acuerdo a un reciente informe divulgado por el gobierno, una de cada cinco empresas japonesas tiene funcionarios que trabajan tantas horas que corren el riesgo de morir.