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Un equipo internacional de psicólogos de distintas universidades ha examinado un estudio publicado en la revista ‘Religion, Brain and Behavior’ el vínculo que existe entre las creencias religiosas y la ansiedad por la muerte, descubriendo que las personas más religiosas y los ateos son los que menos miedo tienen a morir, a diferencia de aquellas que se encuentran entre estos dos grupos.
El director de la investigación, Jonathan Jong, del Centro de investigación en Psicología, Comportamiento y Logro de la Universidad de Coventry (Reino Unido), afirma que este descubrimiento “complica definitivamente la antigua visión de que las personas religiosas temen menos a la muerte que aquellas no religiosas“.
“Es posible que el ateísmo provea también consuelo ante la muerte, o que la gente que sencillamente no tiene miedo a morir no siente la necesidad de buscar la religión”, explica Jong.
Además, la investigación pudo demostrar que las personas que intrínsecamente eran religiosas presentaban menores niveles de ansiedad por la muerte, mientras que aquellos individuos que eran religiosos de forma extrínseca (cuya conducta religiosa está motivada por consideraciones pragmáticas tales como beneficios sociales o emocionales de seguir una creencia), evidenciaron mayores niveles de ansiedad ante la muerte.
La investigación
Para llegar a esta conclusión, los psicólogos realizaron un examen sistemático de cien estudios internacionales elaborados entre 1961 y 2014 que contenían datos de 26.000 personas de todo el mundo.
No obstante, la mayor parte de estos estudios se hicieron en Estados Unidos y algunos pocos en Asia Oriental y Oriente Medio, lo que dificultó estimar cómo cambiaba el patrón de una religión o de una cultura a otra, admiten los autores de la investigación.
Los científicos también comprobaron que no todos los estudios concordaban en la existencia de una conexión entre el miedo a morir y la religiosidad. Consecuencia de esto, concluyeron que la relación entre la religiosidad y la ansiedad por la muerte puede que no sea algo puntual y que difiera de un contexto a otro.