Redacción
Nuestras rodillas sufren presión a diario. Estas articulaciones sostienen el 80% del peso corporal cuando se está de pie, mientras que por cada 4 kilos que se aumentan, soportan 18 kilos más al caminar.
Por ello, el principal problema de las rodillas es que a pesar de ser muy fuertes, también están expuestas a lesiones y dolencias de todo tipo.
El gimnasio es uno de los lugares donde más se maltratan las rodillas. Hay que vigilar la técnica y los pesos que se manejan para que estas articulaciones sufran lo menos posible.
Para calentarlas y acabar teniendo unas rodillas de hierro que no claudiquen ante nada basta con un ejercicio. Se trata del arrastre de trineo hacia atrás, el cual es excelente para blindar las rodillas:
- Para poder realizar este ejercicio se necesita un trineo de gimnasio. Es cierto que no todos los centros disponen de uno así que se pueden utilizar poleas o ayudarse con un compañero de gimnasio y una toalla.
- Con el equipamiento preparado se debe atar el trineo a un arnés. Lo mismo para las poleas mientras que el compañero sujetará cada extremo de una toalla, que rodeará al implicado a la altura de las rodillas.
- Luego, cuando todo esté preparado se debe comenzar a caminar hacia atrás.
La intención de esta caminata hacia atrás es encontrar el ritmo adecuado para notar el trabajo en cuádriceps, isquiotibiales y pantorrillas después de un par de rondas.
Por otro lado, no es recomendable plantearlo como un ejercicio con el que se deben alcanzar un determinado número de repeticiones. En este caso se debe trabajar durante cinco minutos seguidos y de forma progresiva.
Lo ideal para este ejercicio es realizarlo tres veces por semana durante cinco minutos. En una de estas ocasiones servirá como un calentamiento previo a una sesión de piernas. Las otras dos veces que se realice este arrastre hacia atrás vendría a sustituir unos minutos de carrera o bicicleta para entrar en calor y comenzar a sudar antes del entrenamiento.
Con información de Semana