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Puede que parezca sorprendente, pero hay comportamientos y actos que afectan igual o de manera más negativa en la vida matrimonial que los motivos más comunes de los divorcios, tales como la infidelidad, las mentiras o las dificultades económicas. Los consultamos en un artículo del The Huffington Post y los enumeramos a continuación:
No conservar amistades fuera del matrimonio
Compartir tiempo en pareja es primordial, pero no dejes a un lado tus amistades. Es absurdo creer que dependas solo de tu pareja para satisfacer en absoluto tus necesidades sociales. El matrimonio se beneficia cuando cada uno tiene su propio tiempo y espacio para compartirlo con sus amigos, afirma Ryan Howes, psicólogo clínico de Pasadena (California, EE.UU.).
“Con tus amigos puedes encontrar otras experiencias, perspectivas y un soporte que en realidad puede mejorar tu relación. Hay que contar con confidentes fuera”, agrega.
Desestimar el contacto físico
Si eres de los que muy rara vez estableces contacto físico con tu pareja o incluso llegas al extremo de tener sexo únicamente en ocasiones especiales(aniversarios, cumpleaños o vacaciones), quizás sea el momento de cambiar, ya que vas camino a un matrimonio sin pasión ni sexo, indica la doctora Debra Campbell, psicóloga y especialista en terapia de parejas en Melbourne (Australia).
“No se necesita tener sexo a diario, pero es importante mantener algún tipo de contacto erótico o sensual todos los días”, resalta Campbell, agregando que se puede tratar de una simple caricia. “No se trata siempre de sudar y conseguir orgasmos”, concluye.
Tener amistades tóxicas
Tu relación puede verse afectada negativamente cuando está rodeada de personas tóxicas, asegura Laura Heck, terapeuta de familia de Salt Lake City (Utah, EE.UU.). “Los actos de tus amigos influyen activamente en tu matrimonio, te des cuenta o no”, afirma. “¿En privado, tus amigos se quejan o hablan mal de sus parejas? ¿Son coquetos con otras personas a sus espaldas? Estas relaciones suelen ser tóxicas y pueden influir en el cambio de tus propios hábitos”, concluye.
No dividir los oficios del hogar
Cuando solo uno de los cónyuges es responsable de la limpieza del hogar, se puede crear resentimiento y obstaculizarse la conexión con la pareja. De hecho, un estudio elaborado en 2015 por la Universidad de Alberta, en Canadá, encontró que las parejas que no se dividían las labores domésticas estaban menos satisfechas con su relación y tenían menos sexo que las parejas que sí distribuían sus tareas.
No sentarse a hablar sobre la relación
Ser reflexivo y participar de una comunicación mas allá de los habituales “¿Cómo te fue hoy?” o ¿Qué vamos a hacer este fin de semana? es necesario para que el amor perdure, asegura Liz Higgins, terapeuta de parejas en Dallas (Texas, Estados Unidos).
Aunque al principio pueda parecer incómodo, las conversaciones intencionales sobre el estado de la relación pueden con el tiempo adquirir un gran valor.Esto significa, profundizar en temas o preguntas como “¿Qué estamos haciendo bien en pareja?” o “¿Qué puedo hacer para mejorar nuestra relación?”, explicó Higgins.
Sentirse cada vez más como compañeros de habitación
Este “síndrome de compañero de habitación” es un asesino silencioso de relaciones muy común. Cuando se llega a esto, se siente como si vivieras una vida paralela con tu pareja, conectada solo por el espacio compartido, las cuentas bancarias y los hijos, advierte la terapeuta Heck.
“Una vez hayas caído en el estado de vivir como compañero de habitación, debes tomar la iniciativa para romper la rutina y traer de regreso el fuego y la pasión a la relación”, agrega.
La recomendación de Laura Heck es que la pareja debe realizar un esfuerzo concertado para compartir más tiempo juntos trabajando en algún proyecto que les apasione. Por ejemplo, la remodelación de la vivienda, realizar actividad física en pareja o preparar alguna receta de cocina especial, entre otras labores.
*Fotografía Cortesía de VIX