La capa de ozono se recupera, pero la vigilancia debe continuar

Redacción 

La capa de ozono, vital para proteger la vida en la Tierra de la radiación ultravioleta, está en un proceso de recuperación a largo plazo, según confirmó este lunes la Organización Meteorológica Mundial (OMM). 

En su boletín anual, la OMM señaló que la concentración de sustancias que dañan la capa de ozono continúa disminuyendo, lo que representa un avance significativo desde la implementación del Tratado de Montreal, el acuerdo ambiental más exitoso de la historia.

El Día Mundial del Ozono, celebrado cada 16 de septiembre, conmemora este tratado que ha sido crucial para la eliminación progresiva de compuestos nocivos, como los clorofluorocarburos (CFC). “Dado que algunas de las sustancias que agotan la capa de ozono también funcionan como gases de efecto invernadero, su eliminación gradual es una ventaja añadida para el clima”, destacó la OMM.

A pesar de los logros alcanzados, los científicos y la OMM advierten que no se debe bajar la guardia. La recuperación de la capa de ozono es un proceso lento y frágil, especialmente en la región de la Antártida, donde el “agujero de ozono” sigue siendo motivo de preocupación. La entidad subrayó la necesidad de continuar con un monitoreo constante, ya que cualquier relajación en las políticas podría poner en peligro los avances logrados.

El agujero de ozono sobre la Antártida, descubierto en los años 80, se ha ido reduciendo gradualmente gracias a la prohibición de las sustancias responsables de su destrucción. Sin embargo, los expertos coinciden en que aún queda un largo camino por recorrer. Se espera que los niveles de ozono vuelvan a los valores de 1980 para el año 2066 en la Antártida, 2045 en el Ártico, y 2040 en el resto del mundo.

Uno de los principales retos actuales es la eliminación de los hidrofluorocarburos (HFC), gases potentes que no afectan directamente la capa de ozono, pero que contribuyen significativamente al calentamiento global. La OMM instó a los gobiernos a intensificar sus esfuerzos para reducir el uso de estos compuestos, especialmente en un contexto en el que el cambio climático está alcanzando niveles críticos, con récords de temperatura registrados en todo el mundo.

El Tratado de Montreal, que celebra 37 años de vigencia, no solo ha sido clave en la protección de la capa de ozono, sino que también ha influido positivamente en la lucha contra el cambio climático. Los científicos señalan que su éxito radica en la cooperación global y el compromiso de la comunidad internacional, algo que debe mantenerse para enfrentar los desafíos ambientales futuros.