Muy Interesante
No importa que el individuo en cuestión esté aparentemente sano; si sucede una muerte súbita por parada cardiorrespiratoria, los cinco primeros minutos desde que se pierde el conocimiento son vitales. Cada minuto se pierde un 10% de posibilidades de que se recupere. Y, cuanto más rápido se actúe, más probabilidades hay de que no se produzcan secuelas.
Según la Asociación Española del Corazón, antes de los 35 años la causa de la muerte súbita suele estar relacionada con un historial de enfermedades cardíacas, como una miocardiopatía. En personas que superan esta edad, la causa suele ser un microinfarto de miocardio.
Cualquiera de estos problemas deriva en una arritmia cardíaca maligna: la fibrilación ventricular. El corazón deja de ser capaz de provocar un latido cardíaco efectivo, deja de bombear sangre, y la persona pierde la consciencia. Cabe destacar que el órgano más afectado es el cerebro: en los primeros minutos, aunque logremos salvar a la persona, la probabilidad de sufrir secuelas aumenta a medida que el tiempo transcurre. La atención sanitaria es de máxima urgencia.
¿Cómo ayudar?
Cualquier ayuda es bienvenida para una persona que sufre una muerte súbita, dado que la situación es desesperada. Las personas que la rodean deben inmediatamente hacerse con un Desfibrilador Semiautomático (DESA). Este instrumento permite reactivar el latido del corazón mediante una descarga eléctrica. Si no se dispone de un desfibrilador cerca, alguien deberá realizarle al afectado un masaje de reanimación cardiopulmonar, oprimiendo el esternón hacia abajo unos 4-5 cm, con una frecuencia aproximada de 100 veces por minuto.
Las columnas de rescate cardíaco de Telefónica incorporan un desfibrilador de fácil uso y, al extraerlo, lanzan una llamada automática al servicio de emergencias. En ese momento, SAMUR envía rápidamente una ambulancia donde se requiera.
En un mundo globalizado, es vital trasladar los beneficios de la conectividad a ámbitos tan importantes como la atención sanitaria de emergencia. Ya en el año 2005, Telefónica fue pionera en implantar un servicio de cardioprotección, el más avanzado que existe en la actualidad, como cuenta en Telefónica OnLife.
Según describe Sergio Fernández, Jefe del Área de Cardioprotección de Telefónica e-Health España: al extraer el desfibrilador de una columna de rescate cardíaco de Telefónica, esta lanza automáticamente una llamada al 112. “Lo que Telefónica quiere es aportar su granito de arena a la sociedad, ayudar a salvar vidas, y para ello nada mejor que las tecnologías, con nuestras plataformas de IoT y m2m, que van a permitir que la llamada llegue lo antes posible a los servicios de emergencia”.
Además, Telefónica asegura el mantenimiento de un equipo tan delicado e imprescindible: “Tenemos una red nacional de desfibriladores monitorizados permanentemente: sabemos su estado, su temperatura, la fecha de caducidad de los electrodos, de las baterías, etc. Además, ofrecemos formación continua a las personas que trabajan con el desfibrilador”.
Los desfibriladores son equipos muy sencillos de utilizar, según nos cuenta Sergio: “Los avances tecnológicos han permitido que cualquier persona pueda usar un DESA. Estos equipos ya funcionan de manera semiautomática y lo que hemos hecho es empoderar a los ciudadanos para poder salvar vidas”.
Dado que la muerte súbita puede acontecer en cualquier momento o lugar, es imprescindible que las personas del entorno sean capaces de auxiliar a quien la sufre: gracias a estas columnas de rescate, cualquier persona corriente puede salvar una vida. Una sensación indescriptible.