Miguel Ángel Juárez Frías
juarezfrias@gmail.com
“El campo de exterminio del crimen organizado vs. la tauromaquia”
Ciudad de México.- Nuestro país despertó con dos noticias de impacto en marzo de 2025: El 11 de marzo, colectivos de búsqueda de desaparecidos denunciaron el hallazgo de un centro de exterminio del crimen organizado en Jalisco, un espacio utilizado presuntamente por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para torturar y desaparecer a sus víctimas. La noticia pronto tomó fuerza en medios nacionales e internacionales; el 14 de marzo, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, anunció una propuesta para prohibir la muerte del toro en las corridas, buscando una versión “sin violencia” de la tauromaquia. Un tema con gran carga cultural y mediática.
Ambos asuntos tienen relevancia. El primero es una tragedia nacional que evidencia la brutalidad del crimen organizado y la debilidad del Estado para contenerlo. El segundo, un debate sobre la tradición, el bienestar animal y el futuro de la tauromaquia en México.
Sin embargo, lo que resulta realmente interesante no es solo el contenido de estas noticias, sino su sincronización en la agenda pública.
El descubrimiento del campo de exterminio en Jalisco no es un caso aislado. Representa la materialización de lo que muchos ya sospechaban: el crimen organizado opera con impunidad, utilizando métodos de terror similares a los de grupos paramilitares o terroristas.
Para la oposición y los medios internacionales, este escándalo tenía el potencial de convertirse en un punto de inflexión en el debate sobre seguridad en México. Sin restar importancia y con el mayor de los respetos, más de 200 no son 43. A nivel político, el tema apuntaba directamente al gobierno de Morena y su relación con la violencia criminal, avivando las críticas sobre su manejo de la seguridad y consolidando el discurso de un Estado fallido.
Pero la agenda mediática en México es frágil, y aquí entra en juego la prohibición de la tauromaquia en la Ciudad de México. La táctica del arte de la distracción, ejecutada magistralmente en una sociedad hiperconectada, con atención dispersa e impulsiva ante cada novedad. Un terreno ideal para que estas estrategias funcionen.
A partir del 15 de marzo, el debate taurino comenzó a dominar titulares, columnas de opinión y foros de discusión. En pocas horas, la crisis de violencia dejó de ser el tema central y fue reemplazada por un choque de posturas sobre cultura, tradición y derechos de los animales. Incluso encuestas relámpago inundaron incontables chats de información, comunicación y opinión, amplificando aún más la distracción.
El resultado fue predecible: el tema del centro de exterminio en Jalisco pasó a segundo plano. Las columnas de opinión, los programas de análisis y las redes sociales estaban inmersas en el debate sobre la tauromaquia. Las voces que exigían justicia para las víctimas del crimen organizado se quedaron sin espacio en la conversación pública.
Este tipo de estrategias de distracción no son nuevas. Cada vez que el gobierno enfrenta una crisis de gran escala, introduce un tema que emocionalmente moviliza a la opinión pública, pero que políticamente no lo pone en riesgo.
El caso de la tauromaquia es un ejemplo perfecto: Es un tema que polariza y genera gran participación ciudadana. Su debate es intenso, pero no representa un riesgo real para Morena. Además, esta decisión no afecta directamente a su base electoral, lo que la hace políticamente conveniente, y proyecta una imagen progresista del gobierno ante la comunidad internacional.
Mientras tanto, el hallazgo del centro de exterminio en Jalisco se convierte en un eco lejano, apenas mencionado en la vorágine informativa. Para las madres de las víctimas y los colectivos de desaparecidos, esto significa otra barrera en su lucha por la verdad y la justicia.
No se trata de ignorar el debate sobre la tauromaquia, sino de entender su función dentro de la coyuntura. La discusión sobre las corridas de toros no debe ser utilizada como cortina de humo para desviar la atención de uno de los episodios más cruentos de la violencia en México.
Es necesario exigir justicia y mantener el foco en el hallazgo del centro de exterminio, evitando que el tema sea enterrado bajo el ruido mediático de una controversia fabricada.
Porque si todo es importante, nada lo es realmente. Y eso, precisamente, es lo que busca el poder.
Nos vemos en la siguiente.