Sin Embargo
Tlaxiaco, Oaxaca.- El enfrentamiento del domingo entre maestros, padres de familia y Policía Federal (PF) y estatal en Nochixtlán, Oaxaca –con un saldo oficial que hasta ayer era de nueve muertos– no sólo se limitó al bloqueo de la carretera, sino que alcanzó a los pobladores que salieron de sus casas con palos y piedras para ayudar a sus vecinos que eran atacados, dijeron testigos de los hechos a SinEmbargo.
Los uniformados llegaron al bloqueo en la carretera México-Oaxaca que mantenían los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en oposición a la Reforma Educativa, y sin hablar con los manifestantes, lanzaron gas lacrimógeno e inició el ataque, dijeron.
De acuerdo con Adonis Castellanos Miguel, vecino de Nochixtlán, los maestros y padres de familia se replegaron y llegaron hasta la entrada del poblado; entonces, las campanas de la iglesia repicaron y el vehículo comunal anunció a través de un altavoz que las personas que desearan ayudar a los maestros con agua, vinagre, cítricos y mantas, lo hicieran en ese momento. Después vino el caos.
“Muchos de mis vecinos salieron con palos en las manos, con tubos y algunos víveres para llevar a la entrada, entonces el ataque fue parejo. Fue una situación de tensión fea, de miedo, porque si hubieran actuado de una forma normal con sus toletes y cascos, hubiera sido una lucha cuerpo a cuerpo y de igualdad, pero pues echaron balas de verdad y eso hizo que las personas se dispersaran un poco y no fue una batalla pareja”, narró el habitante de Nochixtlán mientras a su espalda pasaba el cortejo fúnebre de uno de los asesinados el domingo.
“Justo ahí en esa carroza llevan a uno de los muertos de ayer [del domingo]. No es nada agradable ver esto”, dijo en entrevista.
Adonis Castellanos contó que “los policías” dispararon al aire y que una de las balas alcanzó a Andrés Aguilar Sanabria, de 25 años de edad, uno de los muertos reconocidos oficialmente.
El joven, de acuerdo con Castellanos, fue alcanzado por la bala a una cuadra de distancia de donde ocurría el enfrentamiento entre los policías y los maestros.
“Era un muchacho que vendía raspados, papas y agua, no era maestro, era un vecino de aquí del pueblo”, dijo.
Por la balacera el hospital y el Centro de Salud cerraron las puertas principales, pero recibían a los heridos por las puertas traseras. También se habilitó un lugar de emergencia en la parroquia. Los civiles eran atendidos en Nochixtlán, mientras que los policías eran trasladados en helicóptero, indicó.
Algunos dolientes que sepultaban en el panteón municipal el cadáver de una persona fallecida el día anterior fueron aprehendidos por los policías y el lunes por la tarde sólo se supo algo sobre la ubicación de una de ellas.