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EE.UU.-Los bosques del mundo se están reduciendo. Y cada vez más, pues durante años, han soportado multitud de impactos provenientes del ser humano. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances, afirma que es posible que los bosques de la Amazonia, la selva tropical más grande del mundo, estén llegando a un punto de crisis.
La investigación, liderada por Thomas E. Lovejoy de la Universidad George Mason en Virginia (EE. UU.) y Carlos Nobre de la Academia de las ciencias de Brasil, expone que si la deforestación supera el 20% de su extensión original, la selva amazónica habrá alcanzado el “punto de no retorno”. No en vano, desde 1970 se han perdido más de 765.000 kilómetros cuadrados de bosque, con una pérdida anual que en los últimos tiempos se ha reducido a unos 5.000 kilómetros cuadrados (en la década de los 1990-2000 el menoscabo era de más de 15.000 kilómetros cuadrados anuales) pero que no para en su avance.
En el estudio, Thomas Lovejoy y Carlos Nobre se propusieron establecer concretamente el punto de inflexión de la Amazonia, así como identificar de manera concreta lo que debe suceder para alcanzar ese fatídico momento. Básicamente, querían saber hasta qué punto podía progresar la deforestación antes de que el ciclo del agua de la selva dejara de apoyar los ecosistemas que viven dentro de ella.
“Si el clima cambia -por la deforestación o el calentamiento global- existe el riesgo de que más del 50% del bosque amazónico se convierta en una sabana degradada”, dijo Nobre, enfatizando que en los últimos 50 años, la deforestación ha llegado a cerca de 17% de la vegetación del Amazonas.
Según sus estimaciones, solo restaría un 3% adicional para hacer que la selva no sea sostenible.
Más amenazas
Si bien la deforestación plantea un riesgo inminente y grave para la selva tropical, no es la única amenaza para estos ecosistemas.
El cambio climático y el uso del fuego también juegan un papel importante en este curso letal de esta región.
Además de diezmar potencialmente lo que queda de la selva (y la vida silvestre que la habita), la degradación del ciclo del agua también tendrá un impacto severo en la población humana de América del Sur.
A pesar de esta sombría predicción, aún no hemos llegado al punto en el que no hay vuelta atrás. La selva amazónica puede estar cerca del punto de no retorno, pero aún no lo ha superado.
“El hecho de que la deforestación continúe es una demostración de la dificultad, o casi quiebra, de la democracia representativa en nuestros países sudamericanos. La democracia representativa ya no funciona en Brasil debido a que la voluntad de la mayoría de la población brasileña de preservar la Amazonía. no tiene correspondencia en las acciones políticas que vemos que emanan de los estados brasileños”, comenta Nobre.
Una forma adecuada de intervención humana podría ayudar a alejar al bosque de la fatalidad inminente, pero a la luz de la destrucción que ya se ha hecho, y la velocidad de su continuación, ponerle fin no será fácil.