Redacción
El icónico fabricante estadounidense de recipientes de plástico, Tupperware, ha solicitado la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos, tras enfrentar problemas financieros prolongados y una disminución en la popularidad de sus productos.
La empresa, fundada en 1946 y famosa por sus “reuniones Tupperware” en hogares, ha visto su modelo de negocio sufrir el impacto del comercio electrónico y las nuevas tendencias de consumo.
Laurie Ann Goldman, presidenta de Tupperware, explicó que la decisión de acogerse al Capítulo 11 se tomó después de explorar varias opciones estratégicas. “La situación financiera de la empresa se ha visto duramente afectada por un entorno macroeconómico difícil durante varios años”, afirmó Goldman. El Capítulo 11 permitirá a la compañía continuar operando mientras trabaja en su reestructuración.
La noticia sobre una posible quiebra ya circulaba desde hace semanas, y la cotización de las acciones de Tupperware fue suspendida en Wall Street el martes, tras un desplome del 57.51% el día anterior. Desde 2022, la empresa no ha publicado sus resultados financieros, y en ese año su facturación cayó a mil 300 millones de dólares, un 42% menos que cinco años atrás.
Tupperware, que lidia con una deuda de cientos de millones de dólares, ya había reestructurado su pasivo en 2020, pero esto no fue suficiente para detener la crisis. En los documentos presentados ante el tribunal de quiebras del estado de Delaware, la compañía evaluó sus activos entre 500 millones y mil millones de dólares, mientras que su pasivo asciende a entre mil y 10 mil millones de dólares, distribuidos entre 50 mil y 100 mil acreedores.
Neil Saunders, director de GlobalData, señaló que aunque Tupperware consiguió “tiempo y oxígeno” en los últimos años mediante acuerdos de deuda, ese tiempo se agotó y la empresa ya no está en condiciones de seguir adelante.
El éxito de Tupperware en las décadas pasadas fue indiscutible, gracias a la innovación de vender sus productos a través de “reuniones” en hogares, una táctica que se extendió por muchos países. Sin embargo, en los últimos años, la marca ha sido golpeada por la competencia del comercio en línea, la popularidad de los servicios de entrega de alimentos y la creciente preferencia por recipientes más amigables con el medio ambiente.
La empresa intentó adaptarse al nuevo mercado, desarrollando ventas en línea y acuerdos de distribución con tiendas, pero no logró revertir su caída. “Es difícil imaginar cómo esta marca podría volver a sus días de gloria”, reflexionó Saunders.
En su mejor momento, en 2017, Tupperware contaba con más de tres millones de representantes en todo el mundo.