Gilberto Valadez
Aguascalientes, Ags.- Concebida por gobiernos del PRI, apoyada por administraciones del PAN, cuestionada sin éxito por la oposición, la concesionaria de agua que operó en el municipio capital se mantuvo por 30 años de labor, con resultados más que cuestionados en su desempeño.
Llamada en un inicio Concesionaria de Aguas de Aguascalientes (CAASA) cuando nació en 1993 y que luego pasó a llamarse Veolia en 2018, la incompetencia y los abusos fueron el sello de la empresa.
A lo largo de tres décadas, la concesionaria acumuló numerosas fallas en perjuicio de la población, tanto en el caso de usuarios particulares, como instituciones educativas y hasta de beneficencia que, en plena pandemia, se vieron sin agua o con tarifas más que elevadas. Difícil elegir los peores momentos en 30 años, pero a continuación viene un acercamiento.
1.- Con el pie izquierdo
El mal desempeño de CAASA prácticamente vino con el inicio de operaciones. En octubre de 1995, apenas a los dos años de operaciones, ya había quejas del servicio deficiente cuando en esas fechas, vecinos del Cerrito de la Cruz se quedaron varias horas sin agua, por lo cual tuvieron que acarrear cubetas desde pipas que llegaron a esa zona habitacional en el oriente.
2.- Anexos sin permiso
Durante el segundo año de la privatización, previo a las elecciones intermedias de 1995, se hizo del dominio público que el título de concesión preveía que la empresa pudiera anexar aumentos de energía eléctrica y hasta en tasas de interés en los propios recibos de los usuarios.
3.- Frente al titular
Las quejas por el mal servicio no se limitaron al municipio capital y se extendieron a comunidades fuera de la ciudad capital. En abril de 2002, alrededor de 80 vecinos de la comunidad de El Taray, se manifestaron en el propio Palacio Municipal debido al mal servicio de la concesionaria. Lo llamativo del asunto es que en el lugar se encontraba Humberto Blancarte, gerente de CAASA, y quien sería el tiro al blanco de los quejosos.
4.- El Fobaproa
Para julio de 1999, Carlos Fernández Vega, columnista del diario La Jornada, enlistó varias empresas privadas relacionadas al Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), la base financiera que un año antes había sido creada en la presidencia de Ernesto Zedillo para apoyar empresas privadas en sus carteras vencidas. Fernández Vega citó a la Concesionaria de Aguas de Aguascalientes entre los supuestos beneficiados.
5.- Sin ganancias
La primera auditoría de un ayuntamiento a la empresa ocurrió en el verano de 2016. Entre los resultados, Adrián Castillo Serna, a la sazón director de Ccapama, reconoció “inconsistencias” en las finanzas de la concesionaria y de plano declaró que CAASA, que para ese momento tenía 15 años de operación, tenía menos de cinco años sumando ganancias.
6.- Enterrando abusos
En pleno cambio de administración municipal de 2004, la concesionaria empezó a, literalmente, enterrar los medidores de agua en casas particulares impidiendo al usuario conocer con precisión el verdadero consumo. Cada medidor era encapsulado a través de una placa metálica y sólo los empleados de la concesionaria tenían acceso para confirmar la lectura bimestral. La justificación de Caasa era que quería evitar actos de vandalismo.
7.- Robos, literalmente
El 31 de agosto de 2002, diarios locales divulgaron que vecinos de la colonia Ortega Douglas fueron objeto de robo y daño en las cosas de parte de trabajadores de la Concesionaria, quienes hurtaron medidores, tubos y hasta llaves adquiridas por los usuarios.
8.- Navidad del PAN
El PAN, que en 1993 criticaba la concesión de agua, en 2006 le dio un regalazo de Navidad a la concesionaria. La mañana del 21 de diciembre de ese año, la mayoría panista en el Congreso del Estado modificó la Ley del Agua que validaba los cortes de agua. El dictamen fue aprobado por el total de diputados panistas, además de representantes del Partido del Trabajo y del Partido Verde.
9.- Contra el ITA
La aplicación de cortes de agua alcanzó incluso escuelas de educación superior. En diciembre de 2004, el Instituto Tecnológico de Aguascalientes se quedó sin servicio, debido a una deuda que sostenía con la Concesionaria. El pasivo era 280 mil pesos que pronto se disparó hasta 560 mil pesos. CAASA justificó que el ITA gozaba de tarifa preferencial pagando 26 pesos por metro cúbico.
10.- En plena pandemia
Para septiembre de 2018, CAASA pasó a llamarse Veolia. Pero el cambio sólo fue en nombre, pues los abusos, fallas e incompetencia se mantuvieron en la concesionaria. En esa etapa sumó uno de sus abusos más criticados cuando a inicios de 2021, en plena pandemia sanitaria, la institución de beneficencia Cáritas denunció haber sido objeto de cobros, hasta por 22 mil pesos en servicio por parte de la concesionaria de agua, misma que justificó para ello la existencia de fugas en tuberías del edificio donde se encuentra la institución.