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CDMX.- Un conjunto de factores internos y externos hundieron la confianza del consumidor a su peor momento en al menos los últimos 23 años, desde que existe el indicador. Los analistas consultados por el Banco de México (Banxico) y empresarios que invierten en el país tampoco vislumbran un futuro alentador.
La confianza de los mexicanos en su propia economía y en el gobierno está por los suelos. Y no creen que la situación mejore en un año, reveló el índice de confianza del consumidor del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
Enero marcó el inicio de una serie de situaciones que desembocarán, a finales de año, en mayor desempleo en el país si la tasa de inflación alcanza el 5 por ciento, previó el investigador del Tecnológico de Monterrey, Ángel Olvera Lozano, con base en variables económicas oficiales.
Los mexicanos ya lo presienten.
En el primer mes del año, cuando como resultado del “mega gasolinazo” la inflación se elevó hasta 4.78 por ciento y Donald Trump se convirtió en el 45 Presidente de Estados Unidos, el índice de confianza del consumidor se descalabró un 17.9 por ciento en comparación con diciembre, la mayor caída de la que se tenga registro. Frente a enero de 2016, el indicador bajó un 25.7 por ciento, como no ocurría desde hace 15 años, reportó Inegi el viernes.
“En el cierre de año, los bonos navideños y casos de corrupción fueron asociados a que los impuestos que se están pagando [los ciudadanos] no están generando más, sino dirigiéndose a algunas bolsas. La parte más fuerte ha sido lo dicho por Donald Trump y la modificación al Tratado de Libre Comercio con la posibilidad de que México se salga. También influye la volatilidad del peso, aunque ha disminuido por la falta de certeza de la negociación, y el tema del gasolinazo que aunque se detuvo, se echará adelante el 18 de febrero. Todo esto son cuestiones que afectan nuestra confianza para consumir”, aseguró el economista Ángel Olvera.
“Así el índice de confianza del consumidor de enero publicado hoy [viernes]. ¿El precio de la gasolina? ¿El dólar? ¿Trump?”, cuestionó Valeria Moy, economista y directora de México, ¿Cómo Vamos?
Mientras, Francisco Gutiérrez, analista y economista del ITAM, lo relacionó directamente con la “fuerte” depreciación del peso, el gasolinazo, el “regreso” de la inflación y el escenario Trump.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) reportó que en 2016 la solicitud de préstamos para consumo y vivienda subieron 12.4 (886 mil millones de pesos) y 10.3 por ciento (688 mil millones de pesos), respectivamente. El uso de tarjeta de crédito aumentó un 9 por ciento frente a 2015 (356 mil millones de pesos); el crédito automotriz, un 19 por ciento y para adquirir bienes inmuebles, un 22 por ciento.
“Cada vez va a ser más difícil que paguen los préstamos”, evaluó el investigador del Tec de Monterrey.
“Lo que se pronostica para 2017 y 2018 es que la tasa de interés de México seguirá incrementando [hoy está en 5.75 por ciento] con el objetivo de que la inflación no se dispare a 5 por ciento y también para mandar incentivos a los inversionistas. Una vez que la tasa de Banxico vaya subiendo, la tasa de interés de todos los bancos, incluyendo la del crédito, también aumentará porque la tasa fija ya es lo menos rentable para el banco. Los bancos serán más precavidos para prestar y los consumidores solicitarán menos crédito lo que hará que disminuya la demanda de bienes, a las empresas se les queden los productos y tengan que recortar empleados”, desarrolló el académico.
Durante los veinte primeros días de enero, impregnados de protestas contra el gasolinazo e incertidumbre por Trump, el Inegi pidió la opinión de 2 mil 336 viviendas en todo el país sobre la situación económica presente y futura. Los cinco componentes que se consideran en el cuestionario se desplomaron.
Para los especialistas consultados por Banxico, el futuro será peor que el 2016. Estiman que la tasa de inflación (precios de bienes y servicios) alcanzará 5.25 por ciento en 2017; el dólar rondará los 21.70 pesos y el país crecerá un 1.49 por ciento frente al 2.3 por ciento de 2016.
“Con una inflación que ya rebasa el 4 por ciento la tasa de desempleo incrementará, no de una forma muy grave, pero si la situación continúa así los próximos años, el desempleo será poco a poco mucho más fuerte”, calculó Ángel Lozano.
Actualmente el desempleo se ubica en una tasa de 4 por ciento, pero casi el 60 por ciento de los que trabajan lo hacen en el sector informal sin acceso a seguridad social.
Respecto a factores que pueden obstaculizar aun más el crecimiento nacional, los analistas destacaron la inestabilidad política internacional, la debilidad del mercado externo (demanda), la incertidumbre cambiaria y la presión inflacionaria en el país.
Por su parte, la confianza para invertir de los empresarios del sector manufacturero, construcción y comercio también cayó en enero.
El Indicador de Confianza Empresarial Manufacturero registró una disminución mensual de 3.6 puntos y de 6.2 por ciento anual; el de la Construcción bajó 3.1 puntos mensual y 7.8 por ciento anual; y el de Comercio 2.6 por ciento mensual y 5.4 por ciento anual, informó el Inegi.
Ninguno de los empresarios encuestados confía en la situación económica y futura del país, ni en la de su compañía.
“LA COSA ESTÁ PEOR”
Claudia y su hija de menos de 5 años viajan durante una hora y media del Estado de México a Avenida Reforma para vender mazapanes. Ahí, dice, pasa más gente y si logra que le compren toda la caja, gana 150 pesos al día, con lo que ambas comen.
Al cuestionarle si cree que su situación económica actual está peor que hace un año, no lo duda. “Me subieron el transporte de cinco a siete pesos y subió el precio de la tortilla”, afirmó.
La situación económica en el momento actual de los miembros del hogar comparada con hace un año disminuyó 9.7 por ciento mensual y 12.8 por ciento anual en enero.
Guadalupe, una señora que vende ropa en un mercado en Revolución, atribuye directamente que “la cosa está peor” por la llegada de Donald “Trump, la gasolina y el mal gobierno que tenemos. Más que nada el gobierno”.
Sus ventas han bajado en los últimos meses, aseguró.
La situación económica esperada para los siguientes doce meses cayó 15.6 por ciento en enero frente a diciembre y un 19.8 por ciento anual.
Norma, vendedora de comida en un mercado en la delegación Cuauhtémoc, guarda la esperanza de que con la llegada de nuevas gasolineras competidoras los precios bajen “aunque sea poco”. Pero sabe que eso tardará hasta “2030 o 2035”.
“De aquí a que pase eso está canijo”, afirmó.
Ninguna de las tres mujeres consultadas cree que el país esté mejor que hace un año ni que vaya a mejorar pronto. La percepción de los encuestados por el Inegi respecto a la situación económica del país hoy en día, comparada con la de hace 12 meses, bajó 22.6 por ciento en enero y 33.3 por ciento anual. La esperada para 2018 respecto a la actual se cayó 23.6 por ciento mensual y 34.5 por ciento anual.
Claudia, Guadalupe y Norma, como el 90 por ciento de los mexicanos, no confían en el gobierno. De acuerdo con una encuesta de Grupo Reforma, solo el 12 por ciento de los mexicanos aprueban al Presidente Enrique Peña Nieto.
Guadalupe considera que “no ha hecho nada”, salvo subir los precios y, percibe, ahora hay asesinatos “donde sea”.
Norma, mientras prepara la masa para gorditas, reconoció que actualmente ya no cree tener la posibilidad de comprar ciertos bienes.
“Ya no, tenemos que medirle”, dijo. “La situación ha empeorado. No hay medicamentos en los hospitales ni lo necesario para las cirugías”, ejemplificó.
Las posibilidades en el momento actual de los integrantes del hogar comparadas con las de hace un año para realizar compras de bienes como muebles o aparatos electrodomésticos se desplomó 23.5 por ciento mensual y 31.4 por ciento anual.
“Pero ni modo”, concluyó la comerciante Guadalupe.