Redacción
Más allá de la estética, mantener una cama limpia tiene beneficios significativos para la salud. Según expertos, la higiene de la cama ayuda a eliminar los ácaros del polvo, diminutas arañas que se alimentan de células muertas de la piel y prosperan en ambientes cálidos y húmedos.
Estos ácaros pueden desencadenar alergias, asma y otros problemas respiratorios. El polvo y el pelo de mascotas también pueden causar reacciones alérgicas como estornudos, picazón en los ojos y congestión nasal.
La transpiración y la descamación de la piel pueden crear un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos en la cama, lo que puede provocar infecciones cutáneas e irritaciones. Además, los malos olores resultantes pueden afectar la calidad del sueño.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ventilación natural en espacios cerrados para eliminar virus, bacterias y moho. Mantener limpias las sábanas y ropa de cama es esencial para prevenir enfermedades.
Las sábanas, al estar en contacto directo con el cuerpo, son las más susceptibles a almacenar ácaros y otros alérgenos. Es recomendable cambiarlas cada una a dos semanas. Las fundas de almohadas, por razones similares, deben cambiarse cada dos semanas.
El edredón también necesita limpieza, generalmente cada tres a seis meses, dependiendo de la estación.
Para garantizar una limpieza efectiva de las sábanas, es aconsejable lavarlas con agua tibia o caliente, siguiendo las recomendaciones de los fabricantes en las etiquetas. Además, mantener el cuarto bien ventilado ayuda a combatir la humedad y la aparición de hongos y bacterias.
La higiene de la cama no solo favorece la salud física, sino también el bienestar emocional, ya que un buen descanso contribuye a un mejor humor y rendimiento durante el día. Así que, la próxima vez que tiendes tu cama, recuerda que esta sencilla tarea puede tener un impacto significativo en tu salud y calidad de vida.
Con información de Xataka