Reforma
CDMX.- En los últimos cuatro años, la Cámara de Diputados ha realizado reasignaciones en los proyectos de Presupuesto de Egresos por un monto promedio de 60 mil millones de pesos, equivalentes a menos del dos por ciento del total de recursos.
Buena parte de esas reasignaciones se utiliza para conformar la bolsa que los diputados destinan de manera discrecional a estados y municipios, y que han sido la base para el cobro de “moches”.
Por ejemplo, en el presupuesto de este año, el proyecto original del Ejecutivo proyectaba un gasto de 4 billones 746 mil 945.7 millones de pesos y los diputados lo ajustaron a 4 billones 763 mil 874 millones, es decir, lo incrementaron en 0.35 por ciento y obtuvieron así 16 mil 928.3 millones de pesos extras.
A esa cantidad, se sumaron otros 55 mil millones de pesos que los legisladores movieron de una partida a otra.
De esta forma, el monto total de las reasignaciones alcanzó apenas el 1.2 por ciento del total del presupuesto.
Alejandro González, integrante del Colectivo Peso, indicó que en el Congreso se representa cada año una coreografía entre la Secretaría de Hacienda y los diputados, en la que se aprueba un presupuesto que casi por completo fue diseñado por el Ejecutivo.
“Así lo llamo yo, es la coreografía del presupuesto, es decir, los diputados ya saben cómo va poner Hacienda las variables económicas para que ellos puedan tener un margen pequeño que moviéndolo crean una bolsa y esa bolsa se reparte y se ajusta y con eso todos ganan”, apuntó.
La verdadera discusión en la Cámara de Diputados, consideró, se da sobre los 60 mil millones de pesos que los legisladores pueden reasignar, por lo que su papel en el diseño de la política económica en realidad es muy reducido.
“La Secretaría de Hacienda ha sido muy astuta en consentir y crear el Ramo 23, en donde simple y sencillamente se reparte dinero y con eso las y los diputados se siente contentos”, señalo.
Vidal Llerenas, diputado de Morena, indicó que son tres variables las que los diputados suelen mover del paquete remitido por Hacienda, la primera de ellas es modificar el precio del barril de petróleo para ajustarlo uno o dos dólares arriba; la segunda, cambiar la paridad peso-dólar y, la tercera aumentar la estimación de la producción petrolera.
“Normalmente estas reasignaciones se han hecho con una combinación de recursos que vienen en el presupuesto, que vienen, se dice ‘acolchonadas’, es decir, que vienen de más”, explicó.