Redacción
Argentina.- A los 86 años falleció María Kodama, viuda del escritor argentino Jorge Luis Borges, en un suburbio al norte de la Ciudad de Buenos Aires, informó su representante legal, Fernando Soto.
En su cuenta de Twitter Soto escribió: “Tu amigo y tu abogado te despiden. Ahora entrarás al “gran mar” con tu querido Borges. Que en Paz Descanses, María”.
Vale recordar que Kodama, que era 38 años menor que el autor de Ficciones y El Aleph, entre otras célebres obras, fue traductora y profesora de Literatura, además de escritora.
Borges, quien es considerado el máximo exponente en América Latina de la corriente literaria denominada ultraísmo, se casó con ella en segundas nupcias en 1986, dos meses antes de su muerte en Ginebra por causa de un cáncer hepático.
Aunado a ello el escritor declaró como albacea de su obra a Kodama, quien en 1988 creó y a partir de entonces presidió la Fundación Internacional Jorge Luis Borges; y quien según publican medios argentinos, Kodama padecía de un cáncer de mama desde tiempo atrás.
Kodama nació en Buenos Aires en 1937 y era hija del japonés Yosaburo Kodama y de la argentina María Antonia Schweizer, de ascendencia suizo-alemana, inglesa y española; se graduó como licenciada en Literatura en la Universidad de Buenos Aires y se especializó en literatura sajona e islandesa, de la que hizo traducciones al español.
Conoció a Borges (1899-1986) cuando tenía 16 años y él 54, al chocar con él en la calle, a la salida de una librería; ella le contó que iba a estudiar Literatura y él la invitó a estudiar juntos inglés antiguo, momento desde el que no volvieron a separarse.
Por cierto que aunque a que en 1967, Borges se casó con otra mujer, Elsa Astete, Kodama siguió viendo al escritor argentino y finalmente se unieron en matrimonio en 1986, meses antes del fallecimiento, a causa de un cáncer hepático, del escritor en Ginebra.
Dos años después de la muerte del creador de El Aleph, en 1988, Kodama creó en Buenos Aires la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, cuya sede alberga objetos personales, su biblioteca, las primeras ediciones de sus libros y algunos manuscritos, además de los premios, condecoraciones y diplomas recibidos.
Desde allí, se dedicó a difundir y contribuir al máximo, mediante cursos y conferencias en todo el mundo, al conocimiento de la obra del más universal de los escritores argentinos.
*Con información de La Tercera