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Los Ángeles.- “No estoy bien, pero estoy tratando. Necesito ayuda”, reconoció Harvey Weinstein este miércoles a la tarde en un diálogo informal con reporteros gráficos que lo fotografiaban mientras salía de la casa de su hija Remy, en Los Ángeles.
Esa misma mañana, la joven había llamado a la Policía para reportar que su padre estaba deprimido y con pensamientos suicidas.
En un intento por minimizar la gravedad de las denuncias en su contra, el cofundador de Miramax afirmó: “Todos cometemos errores. Espero tener una segunda oportunidad”.
Harvey Weinstein
Mientras entraba a una camioneta y se retiraba, Weinstein le dedicó un mensaje a los paparazzi. “Siempre he sido leal con ustedes, no como todos esos malditos malparidos que los tratan como mierda. He sido un buen hombre”, dijo, con la esperanza de recibir un trato benevolente por parte de los medios.
Horas más tarde, el productor viajó en avión privado a Arizona, donde se internó en una clínica para tratar su adicción al sexo, según informó TMZ. El programa dura 45 días y cuesta unos 40 mil dólares la semana.
El ocaso de Weinstein se precipitó la semana pasada, luego de que el diario New York Times revelara las múltiples denuncias de acoso sexual en su contra, una historia que llevó a la renuncia de cuatro miembros de la junta de su compañía e incluso al despido de su fundador. Con el correr de los días, más mujeres de Hollywood fueron perdiendo el miedo y se animaron a denunciar públicamente al todopoderoso productor, quien durante casi 30 años abusó de su imperio e impunidad en la industria para perpetuar actos horribles.
Tras los crudos relatos de Ashley Judd y Rose McGowan, ambas víctimas de Weinstein, siguieron las denuncias de las actrices Asia Argento y Lucia Evans, que con gran valentía confesaron que fueron violadas por el magnate.
Gwyneth Paltrow y Harvey Weinstein
Su modus operandi —según los diversos testimonios— era siempre el mismo. Invitaba a las potenciales víctimas a su habitación de hotel y les pedía un masaje. Algunas lograron escapar, otras, no. Las que no pudieron huir fueron violadas u obligadas a verlo masturbándose. Pero todo se terminó para Weinstein. Hoy ya nadie le teme ni lo respeta.
Gwyneth Paltrow denunció que fue acosada sexualmente por el hombre que la llevó al estrellato y más tarde la ayudó a ganar un premio de la Academia. Paltrow tenía 22 años cuando consiguió el papel que la llevaría a la fama. Harvey Weinstein la contrató para la adaptación en cine del libro de Jane Austen, Emma.
Asia Argento (Getty)
Antes de comenzar el rodaje, él la convocó a su suite en un hotel de Beverly Hills para una reunión de trabajo. Todo iba bien hasta que Weinstein colocó sus manos sobre ella y la invitó a su habitación. Ella rechazó sus avances y luego le contó a Brad Pitt, su novio en ese momento. Pitt se enfrentó a Weinstein y, poco después, el productor la amenazó y reprendió por contar dicho episodio, recordó. Incluso cuando Paltrow ganó un Oscar por Shakespeare in Love, en 1999, muy pocas personas sabían. “Se esperaba que guardara el secreto”.
Angelina Jolie contó que durante el lanzamiento de Playing by Heart, a finales de la década de 1990, él hizo avances no deseados sobre ella en una habitación de hotel, pero lo rechazó. “Tuve una mala experiencia con Harvey Weinstein en mi juventud y, como consecuencia, decidí no trabajar con él de nuevo y advertir a otros cuando lo hicieron”, dijo Jolie en un correo al New York Times. “Este comportamiento hacia las mujeres es inaceptable”.
Asia Argento, una actriz nacida en Roma, contó que cuando tenía 21 años, en 1997, uno de los productores de Weinstein la invitó a lo que ella creía era un evento de Miramax en el Hôtel du Cap-Eden-Roc, en la Riviera francesa. Argento fue de compromiso. Al llegar se percató de que no había ninguna fiesta, solo una habitación de hotel vacía preparada por Weinstein.
Al principio, el productor se mostró amable con ella y alabó su trabajo en cine, pero minutos más tarde salió con una crema y le pidió que le hiciera masajes, detalló al New Yorker. La hija del reconocido cineasta italiano Dario Argento dijo que, después de negarse al pedido de Weinstein, él le arrancó la falda, abrió sus piernas y le practicó sexo oral.”Me aterrorizó. No se detuvo. Fue una pesadilla”. Esta horrible experiencia la marcó por siempre: “Me dañó”.