Enrique Quintana / El Financiero
A lo largo de los últimos días, el número de fallecidos por covid en México se ha mantenido en los niveles más elevados desde el mes de octubre. Igualmente, en algunos lugares la ocupación hospitalaria ha crecido a niveles cercanos a los que se presentó en los momentos más críticos de la pandemia.
Uno de los temores que persisten es la aparición de una nueva variante para la cual la infección de ómicron no genere inmunidad y agrave esas tendencias, ya de por sí preocupantes.
Hay algunos que piensan que esa variante ya está aquí y se trata… precisamente de ómicron.
Resulta que ómicron tiene ya tres subvariantes. La BA.1, que fue la que se detectó originalmente en Sudáfrica y la que es responsablemente mayoritariamente del disparo de las infecciones en todo el mundo.
La subvariante BA.2, que ha aparecido en algunos países y que aparentemente es aún más contagiosa que la BA.1, pero no genera una enfermedad más severa.
Y está la subvariante BA.3, que tiene poca presencia y de la que aún se sabe poco.
Los modelos de evolución de la pandemia en esta etapa de ómicron tienen algunas diferencias significativas entre países.
Por un lado está el caso de Sudáfrica, país en el cual, después de un ascenso vertiginoso, tras 4 a 5 semanas empezó también un descenso rápido.
Algo así puede verse también en el Reino Unido, por ejemplo, y pareciera que será el caso de Estados Unidos.
Pero no es tan claro ese comportamiento en otros países europeos, como Francia o Dinamarca, en donde el número de contagios no ha bajado como en los países referidos.
Pareciera que hay casos en los cuáles la infección de la subvariante BA.1 no genera inmunidad contra la BA.2 y se están produciendo reinfecciones.
La buena noticia es que las evidencias que existen hasta ahora parecen indicar que las vacunas, particularemente cuando hay ya un refuerzo, siguen funcionando para prevenir enfermedad grave y muerte sea cual sea la subvariante que provoque la infección.
En el caso de México aún no se tiene evidencia de la presencia de esta subvariante, pero dado que los extranjeros no tienen requisitos de ingreso en materia sanitaria, puede darse por hecho que ya esté presente o que pueda estarlo en el corto plazo.
Aunque la BA.2 no cambia en el fondo las perspectivas de la pandemia, que en el curso de los próximos meses podría estar reduciendo notoriamente los contagios, sí podría cambiar el ritmo de descenso de los contagios, sobre todo en países en los que los índices de vacunación y de aplicación de dosis de refuerzo son relativamente bajas.
Las estimaciones señalan que apenas el 12 por ciento de la población del mundo ha recibido la vacuna de refuerzo. En México no hay estimaciones claras aún.
Para lograr que las tendencias de la pandemia vayan claramente a la baja en cuestión de pocos meses, es vital que crezca notoriamente el porcentaje, tanto de personas vacunadas con el esquema completo como con dosis de refuerzo.
No es imposible que tengamos trayectorias de la pandemia muy diferenciadas en las que en algunos países se mantenga una marcada tendencia a la baja.
Pero si la investigaciones en curso concluyen que la subvariante BA.2 tiene la capacidad de reinfectar incluso a quienes ya se contagiaron previamente con ómicron, no es imposible que tengamos que esperar aún varios meses más para conseguir que el covid deje de tener un carácter epidémico y adopte un comportamiento endémico.
Es decir, todavía hay un nivel relativamente alto de incertidumbre respecto a los efectos que pueda ocasionar el covid este año.
Hasta hace un par de semanas, la perspectiva era más optimista. Pero, en realidad, no sabemos bien a bien cómo se va a comportar el virus en el futuro.