Redacción
La Organización Mundial de la Salud, OMS, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, advirtieron hoy que en todo el mundo se ha producido una alarmante reducción en el número de niños que reciben vacunas para salvar sus vidas. Esto se debe a las interrupciones en la prestación y la asimilación de los servicios de inmunización causadas por la pandemia de COVID-19. Según los nuevos datos de la OMS y UNICEF, estas interrupciones amenazan con revertir los avances logrados con tanto esfuerzo para llegar a un mayor número de niñas, niños y adolescentes con una gama más amplia de vacunas; estos progresos ya habían sufrido los efectos de una década de estancamiento de la cobertura.
Los últimos datos sobre las estimaciones de la cobertura de vacunas de la OMS y UNICEF para 2019 muestran que diversas mejoras –como la ampliación de la vacuna HPV a 106 países y una mayor protección de niñas y niños contra otras enfermedades– corren el riesgo de quedar desfasadas. Por ejemplo, los datos preliminares correspondientes a los cuatro primeros meses de 2020 apuntan a una disminución sustancial del número de niños que han recibido las tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP3). Esta es la primera vez, en 28 años, que el mundo podría sufrir una reducción de la cobertura de la DTP3 (el marcador de la cobertura de inmunización dentro y entre los países).
“Las vacunas son uno de los instrumentos más poderosos en la historia de la salud pública, y ahora se está vacunando a más niños que nunca”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “Pero la pandemia ha puesto en peligro esos logros. El sufrimiento y la muerte evitables que se producen cuando los niños no reciben la vacunación sistemática podría ser mucho mayor que los de la propia COVID-19. Pero no tiene por qué ser así. Las vacunas se pueden administrar con seguridad incluso durante la pandemia, y estamos pidiendo a los países que aseguren la continuidad de estos programas esenciales para salvar vidas”.
Interrupciones por COVID-19
Debido a la pandemia de COVID-19, al menos 30 campañas de vacunación contra el sarampión fueron canceladas o están en riesgo de serlo, lo que podría dar como resultado un aumento en el número de brotes en 2020 y en años posteriores. Según una nueva encuesta rápida de UNICEF, la OMS y Gavi, realizada en colaboración con los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos, el Instituto de Vacunas Sabin y la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, tres cuartas partes de los 82 países que respondieron a la encuesta informaron que, a partir de mayo de 2020, se habían producido interrupciones relacionadas con COVID-19 en sus programas de inmunización.
Las razones de la interrupción de los servicios son de distinta índole. Incluso cuando los servicios están disponibles, las personas no pueden acceder a ellos debido a la renuencia a abandonar el hogar, las interrupciones en el transporte, las dificultades económicas, las restricciones de movimiento o el temor a quedar expuestas a quienes tienen COVID-19. Muchos trabajadores de la salud tampoco pueden acceder a estos servicios debido a las restricciones en los viajes o a la reasignación a tareas de respuesta COVID-19, así como a la falta de equipos de protección.
“La COVID-19 ha llevado a que la vacunación que se realizaba anteriormente de forma sistemática se haya convertido en un desafío de enormes proporciones”, dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore. “Debemos evitar un mayor deterioro de la cobertura de la vacunación y reanudar urgentemente los programas de inmunización antes de que la vida de los niños resulte amenazada por otras enfermedades. No podemos cambiar una crisis de salud por otra”.
Estancamiento de la tasa de cobertura mundial
Los progresos en la cobertura de la inmunización se habían estancado antes de la aparición de COVID-19 en un 85% para las vacunas DTP3 y la vacuna contra el sarampión. La probabilidad de que un niño nacido hoy en día, esté completamente vacunado con todas las vacunas recomendadas a nivel mundial para cuando cumpla los 5 años de edad, es inferior al 20%.
En 2019, casi 14 millones de niños no recibieron vacunas vitales, como la del sarampión y la DTP3. La mayoría de esos niños viven en África y es probable que no tengan acceso a otros servicios de salud. Dos tercios de ellos se concentran en 10 países de ingresos medios y bajos: Angola, Brasil, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán y República Democrática del Congo. Los niños de los países de ingresos medios representan una parte cada vez mayor de la carga.
Progresos y retos, por país y región
No obstante, se han tenido algunos progresos. La cobertura regional de la tercera dosis de DTP en Asia Meridional ha aumentado en 12 puntos porcentuales en los últimos 10 años, sobre todo en la India, Nepal y Pakistán. Sin embargo, ese progreso tan arduamente logrado podría verse anulado por las perturbaciones relacionadas con COVID-19. Los países que habían registrado progresos significativos, como Etiopía y Pakistán, corren ahora también el riesgo de retroceder si no se restablecen los servicios de inmunización tan pronto como sea posible.
La situación es especialmente preocupante en América Latina y el Caribe, donde una cobertura históricamente elevada se ha reducido en el último decenio. En Brasil, Bolivia, Haití y Venezuela, la cobertura de inmunización se redujo en por lo menos 14 puntos porcentuales desde 2010. Estos países también se enfrentan ahora a afectaciones de moderadas a graves relacionadas con COVID19 .
Mientras la comunidad mundial de la salud intenta recuperar el terreno perdido debido a los trastornos relacionados por COVID-19, UNICEF y la OMS están apoyando a los países en sus esfuerzos por reimaginar la inmunización y reconstruirla mediante las siguientes actividades:
- Restablecer los servicios para que los países puedan prestar servicios de inmunización sistemática en condiciones de seguridad durante la pandemia de COVID-19, cumpliendo las recomendaciones sobre higiene y el distanciamiento físico, y proporcionando equipos de protección a las y los trabajadores de la salud;
- Ayudar a los trabajadores sanitarios a comunicarse activamente con los cuidadores a fin de explicarles cómo se han reconfigurado los servicios para garantizar su seguridad;
- Rectificar las brechas de cobertura e inmunidad;
- Ampliar los servicios de inmunización sistemática para llegar a las comunidades que no los reciben, donde viven algunos de las niñas y los niños en condiciones más vulnerables.