Gilberto Valadez
Aguascalientes, Ags.- Si algo permea en los partidos políticos de Aguascalientes es la incertidumbre.
El dilema del futuro a corto plazo entre institutos políticos cuyo registro sigue en el aire, la inseguridad en otros por la falta de nuevos liderazgos, el titubeo acerca del estancamiento de sus actores políticos y hasta la duda porque el nuevo partido gobernante no decepcione como en el pasado.
Las festividades y caras largas que dejó el proceso electoral a comienzos de mes quedaron en el pasado, ante ello toca un corte de caja a las instituciones políticas que no en todos casos resulta halagador.
El triunfador Partido Acción Nacional es quien pudiera presumir un nuevo músculo electoral debido a su rotundo éxito que no parece vaya a ensombrecer impugnación alguna. La derecha en Aguascalientes nuevamente navega con banderas desplegadas, mas no significa unidad.
Las fracciones panistas se dividen entre el reacomodo de posiciones en el próximo gabinete estatal, las controversias que viven sus aliados como el alto clero católico y la cúpula empresarial, además que entre los panistas ya vacilan entre apoyar a los presidenciables Ricardo Anaya y Margarita Zavala.
Pero quizás la mayor incógnita en torno al panismo aguascalentense se enfoca a si no desaprovecharán la nueva oportunidad electoral que le brinda el electorado. Como ocurrió en 2004 donde también arrasaron en la elección y en los siguientes años el gobierno de Luis Armando Reynoso Femat fue una decepción hasta que el PRI volviera al gobierno.
Mientras que el PRI no sólo se queda huérfano del gobierno, sino también en cuanto a liderazgos. El sexenio de Carlos Lozano no albergó la creación de nuevos cuadros políticos en el tricolor, situación que se resentirá en su etapa como oposición. La derrota en las urnas fue contundente y el gobierno priista de Enrique Peña Nieto continúa hundiéndose en la popularidad, volviendo poco halagador el futuro del PRI. Quizá el tricolor queda a la espera de capitalizar los yerros que cometan Martín Orozco y Tere Jiménez en sus cargos. Su escudero el Partido Verde continuaría a la sombra de ese matrimonio por conveniencia que sostiene con el tricolor, quedándose con las migajas y donde el único ganador es Sergio Augusto López cuyo cacicazgo le dará para una nueva diputación. ¡Faltaba más!
La izquierda, estancada. El PRD cayó en el autoengaño. Salió a festejar la obtención de su primer alcaldía, olvidando que pasó más de un cuarto de siglo para levantar una bandera en Aguascalientes, pero sin aumentar su presencia en el Poder Legislativo y decepcionando de nueva cuenta a sus militantes donde lo único seguro es que continuarán las renuncias en el organismo. Mismo panorama comienza a registrarse en Morena donde si bien lograron la meta de salvar el registro, ya también empezaron los rings de sombra entre sus militantes.
Las dudas se incrementan en la chiquillada política, básicamente por su incierto futuro. Las veladoras permanecen en las oficinas del Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, que ya no se conforman con una plurinominal en el Congreso, sino al menos salvar el registro. Nueva Alianza y Encuentro Social quedarán como satélites, aislados y sin mayor aporte a la política. En espera de lo que dicten sus dirigencias nacionales y aportando poco a la democracia aguascalentense.
Sin embargo, la peor incertidumbre es que le depara al ciudadano con políticos tan pequeños como los que nos tocó en Aguascalientes.