Redacción
HERMOSILLO.- Un grupo de investigadores de la Universidad de Sonora (Unison) busca obtener un nuevo fármaco contra el cáncer a través del estudio de compuestos de la planta silvestre regional conocida como Mariola.
El proyecto de investigación de laboratorio que realizan los científicos se denomina “Derivados de productos naturales y su potencial uso contra el cáncer”.
La investigación es coordinada por el jefe del Departamento de Ciencias de la Salud de la Unison campus Cajeme, Juan Carlos Gálvez Ruiz, y el estudiante del Doctorado en Polímeros y Materiales, Sergio Daniel Morales Chávez.
Señalaron que tradicionalmente ese tipo de plantas han sido utilizadas con fines curativos por las etnias sonorenses, pero ahora buscan recuperar esa riqueza cultural, darle validez y sustento científico como una nueva alternativa contra el cáncer.
El estudio, señalaron a través de un comunicado de prensa, busca que los compuestos de la planta, que se reproduce durante todo el año como arbusto silvestre en márgenes de ríos y arroyos, además de las zonas costeras y áridas, tengan la capacidad de inhibir las células y el crecimiento o la muerte tumoral.
Sabemos que ese tipo de planta es fuente de sustancias terapéuticas, porque contiene compuestos con una gran diversidad química, los que pueden ser potenciales agentes antitumorales”, afirmaron.
Advirtieron que buscan la bioseguridad de los compuestos, haciéndolos más efectivos, purificándolos y eliminando cualquier toxicidad que pudieran tener y provocar graves efectos secundarios en la salud del paciente.
Establecieron que al ser el cáncer la primera causa de mortalidad a nivel mundial, existen investigaciones en esa misma línea de trabajo, porque se sabe cómo los productos naturales pueden jugar un papel determinante en el organismo humano.
En el trabajo de laboratorio, indicaron, utilizan solventes que ayudan a extraer de la planta esos compuestos benéficos para el organismo.
Estamos formando compuestos con iones metálicos para la actividad de ciertos mecanismos celulares y evitar su replicación, sin utilizar cualquier tipo de metal, sino aquellos que pueden tener ciertas cantidades en el organismo sin que provoquen un daño”, dijeron.
Informaron que los metales que utilizan, en concentraciones pequeñas, son cobre, cobalto y níquel, que ayudan a subir la actividad de los compuestos.
“De los tres hemos visto positivos resultados, con cambios en su estructura y efecto sobre las líneas celulares cancerosas”, externaron.
Añadieron que su proyecto busca que algunos de esos compuestos lleguen a la parte clínica, un proceso extenso más allá del laboratorio para administrar el producto en algunos tipos de cáncer.
Reconocieron que eso lleva tiempo, pero es un esfuerzo que vale la pena desarrollar.