Redacción
A pesar de que en las películas de terror suelen aparecer los murciélagos colgando de cabeza dentro de una cueva, la realidad es que pueden adoptar esa posición de descanso en otros lugares, pero ¿cuál es la verdadera razón por la que esta especie reposa boca abajo, a diferencia del resto de los animales?
Las razones son muchas, pero la principal es que lo hacen para poder volar. Lo cierto es que sus alas no ejercen la fuerza suficiente para elevarse, como sí lo pueden hacer las aves incluso desde el suelo. Debido a esto, necesitan estar boca abajo y dejarse caer para emprender vuelo.
La capacidad de vuelo de los insectos y las aves se debe a la relación entre su peso y la fuerza de elevación de las alas. El problema es que los murciélagos no entran en las categorías de aves o insectos. Estos animales podrían volar rápidamente desde una posición inmóvil en el suelo o cualquier otro lugar cuando una persona se acerca directamente hacia ellos como una reacción instintiva de supervivencia.
Eso no es tan sencillo para los murciélagos, que efectivamente sí podrían despegar desde el suelo, pero con muchas dificultades. El investigador Stefan Pociask explica que la mayoría de las aves o insectos dan un salto previo al vuelo para impulsarse al aire para luego levantarse y alejarse con sus poderosas alas.
Los únicos mamíferos voladores
Explica que contrario a los murciélagos, las piezas óseas de las aves son huecas, mientras que los insectos están compuestos de tejidos suaves y livianos como la quitina. Además, sus alas no son para nada poderosas. De hecho, son mamíferos. “Estas criaturas asombrosas son los únicos mamíferos voladores”, recalcó el investigador para definir un proceso evolutivo poco probable en la naturaleza.
Sin embargo, su comportamiento en el aire es bastante eficiente, similar al de las aves, incluso con capacidad para volar en círculos. El único inconveniente que los separa del resto es su dificultad para despegar desde el suelo para iniciar el vuelo.
Pociask entiende que, para compensar la falta de fuerza en las alas y el peso extra de sus huesos, que se traduce en problemas para elevarse, la especie se adaptó a despegar desde arriba. Al soltarse, una vez estando en el aire, solo necesita batir sus alas para volar.
La musculatura, huesos y tendones de los murciélagos se configuran de manera diferente al de los pájaros. Al tratarse de un mamífero, sus patas no están hechas para posarse sobre la rama de un árbol. De manera contraria, los dedos de un ave se aferran a una rama cuando se agacha, debido a que los tendones mantienen el agarre con firmeza. Pociask dice que eso “sucede automáticamente. Eso es parte de ser un pájaro, y es universal”.
Descanso de cabeza
Por su parte, los murciélagos actúan de manera similar a las aves, pero al revés. Al agacharse de cabeza, sus tendones tiran con fuerza de los dedos para mantener el agarre y no dejarlos caer.
A la hora de su descanso, el murciélago solo debe hallar una superficie ideal para agarrarse, adoptar la posición en pleno vuelo y simplemente relajar el cuerpo. Los tendones de estos mamíferos voladores están conectados a la estructura ósea superior, contrario a los humanos, cuyos tendones conectan con los músculos.
Esta posición le da una ventaja sobre las aves que inician el vuelo contra la gravedad, logrando un vuelo más inmediato gracias a su método de “asistencia por gravedad”.
Su particular manera de colgar de cabeza también le proporciona un escondite para depredadores y otros peligros potenciales, dado que su descanso es uno de los momentos de mayor vulnerabilidad. Mientras más alto sea su lugar de descanso, será más seguro para ellos, tomando en cuenta que los murciélagos duermen cuando sus depredadores están despiertos.
Con información de GM