Redacción
La piel, el órgano más grande del cuerpo humano, no solo refleja el paso del tiempo, sino que también actúa como una ventana a nuestra salud interna. Cambios en su apariencia pueden ser señales de que algo no anda bien en nuestro organismo. Por ello, prestar atención a cualquier anomalía y conocer bien nuestro cuerpo es fundamental para detectar problemas de salud a tiempo.
Entre las señales más comunes están los puntos rojos en la piel, conocidos como puntos rubí o angiomas. Según el dermatólogo Sebastián Podlipnik, del Hospital Clínic de Barcelona, estas lesiones cutáneas vasculares son benignas y no representan motivo de alarma. Se presentan como pequeñas manchas de color rojo brillante, circulares u ovaladas, y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. “No hay necesidad de entrar en pánico”, asegura el especialista, quien también menciona que, aunque no se sabe con certeza por qué surgen, es posible que la genética juegue un papel importante en su aparición.
Sin embargo, no todos los puntos rojos son inofensivos. En algunos casos, pueden tratarse de petequias, pequeñas manchas que surgen cuando los capilares sangran y la sangre se filtra en la piel. A diferencia de los angiomas, las petequias pueden estar relacionadas con problemas de salud más serios. El Instituto Mayo Clinic señala que estas pueden aparecer debido a un esfuerzo prolongado (como toser o levantar pesas), ciertos medicamentos o incluso infecciones y trastornos médicos.
Las petequias pueden ser indicativas de afecciones como la trombocitopenia inmunitaria, la crioglobulinemia, la leucemia o el escorbuto, entre otros. En estos casos, es fundamental acudir a un médico para obtener un diagnóstico adecuado.
Causas comunes de las petequias:
– Esfuerzo prolongado: toser, vomitar o levantar objetos pesados.
– Medicamentos: ciertos fármacos como fenitoína, penicilina o quinina.
– Infecciones: causadas por hongos, virus o bacterias.
– Trastornos médicos: vasculitis, leucemia o deficiencia de vitamina C.