Redacción
Costa Rica.-Aunos 80 kilómetros de la capital de Costa Rica, San José, en medio de su esplendor natural, repleto de bosques tropicales y rica biodiversidad, en el complejo turístico Recreo Verde en el distrito de Venecia, podemos encontrar una siniestra cueva que cuenta con un apodo igualmente tétrico: la “Cueva de la Muerte”. No es ninguna leyenda para asustar a los incautos, sino un fenómeno natural que tiene lugar dentro de esta oquedad natural.
Una cueva mortal
La cueva tiene poco menos de dos metros de profundidad y un poco más de 10 metros de largo. Afortunadamente para los humanos, presenta una entrada muy estrecha para que quepa un humano; decimos afortunadamente porque todo ser vivo que se adentra en la cueva, muere de forma prácticamente instantánea. De hecho, cuenta con una señal de advertencia adornada con calaveras que dice: ‘¡Peligro! No pasar más allá de este punto’.
Inicialmente fue descubierto por tribus indígenas que notaron la peculiar y alarmante ausencia de vida dentro y alrededor de su entrada. Con ello comenzaron las leyendas acerca de espíritus y fuerzas malévolas que habitaban la cueva y que castigaban a los que se aventuraban en su interior.
Actualidad
Sarah Romero
Se dieron cuenta que las aves, los pequeños mamíferos… todos parecían evitar a esta zona. Pasaría mucho tiempo después, una vez llegado el siglo XX, cuando la misteriosa cueva despertó el interés científico y los investigadores comenzaron a indagar en el motivo detrás de esta intrigante cueva que parecía matar instantáneamente y de forma aparentemente invisible a toda criatura que, de forma inocente, penetraba en esta cueva.
¿Por qué muere todo lo que entra?
No hay animales venenosos ni plantas venenosas. ¿Cómo puede un espacio tan reducido ser un asesino despiadado? Los exploradores que visitaron la zona descubrieron que la cueva contiene una cantidad increíble de dióxido de carbono (CO2) proveniente de una ranura situada en la parte opuesta a la entrada de la cueva. Son tan impresionantes los niveles de gas dentro de la cueva que pueden provocar la pérdida del conocimiento casi instantáneamente, seguida del cese de la respiración del ser vivo que se adentra en ella (encontrando una muerte muy rápida e indolora); esto es, mueren asfixiados. Si un ser humano se adentrara en la cueva, moriría asfixiado igualmente de forma casi inmediata. Como el gas es incoloro y no tiene olor, su presencia es inapreciable. Como el CO2 es más pesado que el aire, las concentraciones de gas son mayores cerca de la base de la cueva, un factor de peligro adicional para los animales pequeños.
A diferencia del oxígeno, el dióxido de carbono es más pesado que el aire y tiende a depositarse en zonas bajas. La estructura geológica única de la cueva atrapa CO2, creando un ambiente con niveles de oxígeno peligrosamente bajos. Los animales que entran en la cueva sucumben rápidamente a la asfixia al no poder respirar.
La cueva está repleta de serpientes, pájaros, roedores y otro tipo de criaturas de pequeño tamaño que entraron, quizá en busca de algo de comida, y encontraron su final repentino allí apenas en unos segundos. Según los expertos, la ranura emite unos 30 kilogramos de dióxido de carbono por hora a la atmósfera, lo que equivale a la velocidad de un coche medio que recorre 256 kilómetros. El origen de este gas es desconocido. No se sabe exactamente de dónde viene aunque algunos expertos apuntan a que podría proceder de filtraciones volcánicas.
De la misma forma, la estructura de la cueva influye en esta naturaleza letal. Cuenta con una ventilación natural limitada, por lo que los gases tóxicos se acumulan y permanecen concentrados dentro de la cueva, de ahí que el peligro de muerte persista con el tiempo. No hay ningún momento en el que la cueva sea segura. Es perpetuamente peligrosa.
Otras cuevas letales
Otras cuevas con altos niveles de gas incluyen la cueva Movile en Rumanía, que fue descubierta en 1986 cerca de la ciudad de Mangalia y es toda una maravilla geotérmica aislada del mundo exterior durante aproximadamente 5,5 millones de años. Presenta una atmósfera rica en dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno (altos niveles de dióxido de carbono en un 2-3,5%) y casi sin oxígeno (contiene alrededor de 1-2% de oxígeno). También podemos citar la cueva Carburangeli en Sicilia (Italia); otra maravilla subterránea caracterizada por altos niveles de dióxido de carbono principalmente debido a la actividad volcánica de la región. Los niveles de CO2 de la cueva pueden alcanzar hasta el 10%, creando un entorno desafiante para la mayoría de las formas de vida aeróbicas.
Con información de Muy Interesante