Enbiciados
Esta es una historia sobre la tecnología de las bicicletas, y un recorrido sobre algo que me apasiona: ¿qué hace a una bicicleta más rápida? ¿Las llantas son un factor tan importante?
Actualmente, tengo dos bicicletas de ruta, una antigua de acero, de buenos tubos Tange y otra moderna de aluminio y tijera de fibra de carbono, hecha para carreras. La antigua la uso para mis traslados en la ciudad y eventualmente para un paseo. La moderna me sirvió para participar en competencias y con ella hago viajes a carretera y rodadas en grupo, últimamente menos, porque se me han juntado problemas de lesiones y salud, por ello mi condición física ha disminuido y comencé a notar que se agrandaba la diferencia de esfuerzo y velocidad entre ambas bicicletas.
Debo decir que tienen las mismas medidas —el fitting—, y aunque la antigua solo tiene 7 velocidades en la rueda libre, las dos tienen platos 53/39 y hay desarrollos que coinciden en ambas. La cosa es que he notado a la antigua más lenta y difícil de rodar, mi falta de condición física hace muy notable la diferencia. Cuando utilizo la moderna se siente que rueda más fácil, más rápido y puedo lograr una cadencia más fluida usando el mismo desarrollo en los cambios.
Así que me puse a teorizar y discutirlo desde hace tiempo con José Serrano de Enbiciados, que sabe un montón. ¿Será el peso? Entre ambas hay una diferencia de 3.5 kilos, pero eso en pavimento y plano no debe ser un diferenciador, lo sería al arrancar y acelerar, pero una vez lanzado no tendría por qué sentir que en la antigua voy más lento y tener que hacer un mayor esfuerzo. En subida sí, debería haber una diferencia, más aún, porque al usarla como bicicleta urbana, llevo el peso del candado y otras cosas, voy vestido para ciudad en lugar de llevar una ropa ligera de ciclista. Pero aun así, el esfuerzo adicional en la subida es demasiado notorio, la bicicleta antigua no avanza.
¿Un tema de geometría o rigidez del cuadro? Las bicicletas de ruta modernas de buena marca, de aluminio —cuando están bien diseñadas y tienen la aleación correcta— o las de fibra de carbono, son más rígidas que las de cuadro de acero de hace treinta años. Los delgados cuadros de acero cromolio, que son los buenos, tienden a flexionarse lateralmente cuando aplicas fuerza en los pedales, lo que hace que se desperdicie parte de tu energía, pero estaríamos hablando de un sprint o una fuerte aceleración, sobre todo parado en los pedales cuando inclusive se escucha raspar el desviador contra el plato de la multiplicación por efecto de la torsión del cuadro, pero no hablo de un esfuerzo como ese y la energía que se pierde no explicaría la diferencia en un trayecto en plano en la ciudad o en una pendiente pequeña. La geometría desde luego influye, la bicicleta antigua tiene unas vainas de cadena muy largas, por lo tanto, la cadena también es más larga y la distancia entre ejes es mayor que en la moderna, ello afecta la aceleración y el esfuerzo en subida, haría una diferencia entre ambas bicicletas en una carrera, pero no en un viaje normal de ciudad, y no tanta.
Las ruedas. La moderna tiene ruedas Mavic Ksyrium, de 18 rayos o radios planos, tejidos radialmente adelante y 24 atrás dispuestos asimétricamente para adaptarse al torque asimétrico de la transmisión, sus mazas o bujes tienen baleros o rodamientos sellados de muy alta calidad. Mientras que la antigua tiene unos aros Mavic CXP 22 de 32 rayos redondos tradicionales y mazas —o bujes— Miche de balines y conos. El menor número de rayos hace más aerodinámicas a las Ksyrium, pues hay menos turbulencias, y se supone que los rayos planos contribuyen a la aerodinámica, además son más ligeros, mucho. Esto haría diferencia en la aceleración, en las subidas y tal vez a mucha velocidad, pero aquí no es el caso. No estoy hablando de unos rines aerodinámicos de fibra de carbono de 50 mm de peralte que sí hacen la diferencia a 40 Km/H o más, y que por ello son los preferidos de los profesionales, me refiero a velocidades de 30 Km/H donde siento la diferencia. Las mazas no debían ser, pues la antigua se desliza bien sin pedalear detrás de un ciclista que va pedaleando en una bici de montaña/urbana.
Así que, intrigado, un día pedí a Lalo, uno de los mecánicos de la tienda en Enbiciados que diera una vuelta en mi bici antigua para sentirla y efectivamente, le pareció que una zapata de freno podría estar en contacto con el rin, pues la sentía frenada, no fue el caso. También podría ser que la cadena no estuviera lubricada, que tampoco era el caso, aun así la desmonté, limpié a fondo y la lubriqué, no hubo cambios.
Al final, todo lo anterior suma, las bicicletas modernas tienen un gran desarrollo tecnológico y hay una enorme inversión en ingeniería que impacta en parte en su alto precio, sobre todo en las de competencia. Pero a mí me faltaba algo.
Hacía tiempo que sospechaba de las llantas, como las llamamos en México, o cubiertas como se les llama en otros países, pudieran ser la causa de la lentitud de la bici antigua. Le instalé hace ya más de dos años unas Maxxis Re-Fuse, que nunca han sufrido un pinchazo, y en la moderna traía las cubiertas Continental Grand Prix 4000s II, que «son las más rápidas del mercado», tienen un agarre espectacular y cuentan con buena protección anti-pinchazos, Vectran se llama. Seguía rumiando: ¿Podrían ser las cubiertas la causa de la sensación de lentitud y pesadez que sentía? Ríos de tinta y bytes se han derramado sobre la resistencia al rodado de las cubiertas de llanta de las bicicletas, de las cámaras —o neumáticos—, y eso era para mí una sospecha fundamental, pero necesitaba comprobarlo por mi mismo.
Cuando cambié las Grand Prix 4000 por unas nuevas Grand Prix 5000, pues ya estaban muy gastadas y viejas, y no era ya seguro rodar con ellas, guardé las 4000 por si acaso. Así que un día, me di la tarea de instalar las Conti 4000 usadas en la bicicleta antigua para hacer la prueba definitiva y salí a rodar con ella. Llevé una cámara extra a la que acostumbro por si pinchaba —cosa probable por lo gastado de las 4000—. El resultado en sensaciones fue inmediato, con las Conti la bicicleta antigua rodaba mejor, más suave y rápido de forma perceptible.
No fue una prueba con potenciómetro ni mucho menos, para eso hay laboratorios que se dedican a hacerlo y canales de Youtube. Hay que decir que en temas de bicicletas, existe el factor placebo, antes cambiabas una rueda libre Sutour por una Regina Oro o un desviador Suntour Cyclone en lugar de un VX y sentías que la bici iba más rápido, si montaba Campa, ni se diga. Así que pese a ese factor sicológico, me atuve a mis sensaciones, al esfuerzo necesario para mover la bici, y efectivamente, no era la bicicleta moderna, pero rodaba mejor, notoriamente. Mis piernas dieron cuenta de ello.
Este no es un artículo para dilapidar una marca de llantas, lejos de eso, ni siquiera es un comparativo, serían peras y manzanas. De hecho, regresé a las Maxxis Re-Fuse, volví a sentir su lentitud, pero estoy contento y no compraría unas cubiertas de competencia para esa bicicleta.
Pasa que en temas de llantas, hay que hacer sacrificios —compromises como dicen los estadunidenses— y saber elegir. Uno quisiera traer siempre lo mejor y más eficiente en las cubiertas y otros componentes de la bicicleta, también en accesorios, pero no siempre se puede o se debe. Me voy a explicar, ¿para qué querría unas cubiertas de alto rendimiento en una bicicleta que uso para la ciudad? ¡Si no se trata de correr! Para algunos si lo será y depende de cada quien. Lo que he descubierto con las Re-Fuse es que es bastante conveniente no sufrir pinchaduras en mis viajes, de verdad no ha ocurrido ninguna en poco más de dos años y han resistido el paso del tiempo. Son lentas, pero ese es el sacrificio a cambio de sus ventajas.
Como dije arriba, en la otra bici instalé las Continental Grand Prix 5000 y no pondría otras, uso esa bicicleta para la práctica deportiva, eventualmente todavía salgo con ella a carretera, corro por bajadas, corro en curvas a alta velocidad y el agarre, sobre todo en mojado, es fundamental; en viajes de larga distancia a una buena velocidad, la resistencia al rodado de las cubiertas es un factor que contribuye a una menor o mayor fatiga. Aunque tienen protección anti-pinchaduras muy decente, aún las he sufrido ocasionalmente, no son perfectas, ese es el sacrificio, aunado a su alto precio, que le pega a nuestra billetera.
En la bici de ciudad he utilizado llantas baratas —total, eran para ciudad—, pero se pinchan muy seguido o derrapan en coladeras metálicas mojadas, en las que estuve más de una vez a punto de darme un tortazo. Así que valió la pena invertir en las Maxxis Re-Fuse, eso me dice la experiencia, a la larga ahorré contratiempos y cámaras de refacción. Para competir hay llantas muy rápidas, pero duran poco, sobre todo las TT o de contrarreloj y otras que se pinchan fácilmente, entonces hay que decidir entre estos factores si vas a una competencia seria. Un profesional, seguramente usará tubulares —que siempre han destacado por su baja resistencia al rodado—, pero traerá un coche de apoyo que le cambiaría la rueda completa en las carreras. Aún los profesionales, cuando entrenan llevan llantas con cubiertas, lo hacen donde viven cuando no están en competencia, en las cercanías de su casa, utilizan llantas de cubierta, pues no llevan el apoyo del coche del equipo, van solos o algunos, acompañados de su grupeta de amigos.