Redacción
El estreno de Spider-Man: No Way Home representó una salvación para los cines mundiales tras el golpe que se tuvo con la pandemia del Covid-19, al tener uno de los mayores debuts históricos de una película.
Tan solo en Estados Unidos, la cinta ha recaudado 253 millones de dólares, convirtiéndose así en el tercer mejor estreno en la historia del país, por debajo de Vengadores: Endgame y Vengadores: Infinity War.
Con estos resultados, se espera que la película supere la barrera de los mil millones de dólares en la era del Covid-19. Por una parte, es un hecho que celebrar, ya que es un reflejo de que la gente dejó atrás el miedo de ir a los cines.
Sin embargo, se debe reconocer que la gente salió de sus hogares y gastó su dinero debido a la magnitud de Spider-Man: No Way Home y no porque otras películas potentes hayan llamado la misma atención.
Y es que, puestos a analizar el magnífico imán millonario de Spider-Man, todo apunta a que a partir de ahora solo los grandes fenómenos cinematográficos ya consolidados entre el público como tal podrían ser capaces de mover a los espectadores de la comodidad del streaming.
Con la enorme oferta audiovisual que hay ahora mismo y con la reducción del periodo de exclusividad de las películas en cines, al espectador seguramente le vaya a dar igual esperar un poco más a ver los estrenos si tiene en sus manos un catálogo casi infinito de películas gracias a las plataformas.
Solo grandes eventos como Spider-Man: No Way Home van a generar la sensación de querer ver la película antes que nadie, descubrir sus sorpresas antes que lleguen a las redes, de formar parte del fenómeno cinematográfico, de querer verla en las mejores condiciones posibles. Pero muy pocas películas están al alcance de ofrecer esta experiencia, solo importantes franquicias instauradas como el Universo Cinematográfico Marvel.
Simplemente, la situación de la exhibición cinematográfica está cambiando y la realidad de aquí a unos años va a ser muy diferente a cómo la recordábamos.
Con información de Yahoo