Redacción
Estados Unidos.- Para muchos, el paso del tiempo en una relación estable supone el principio del fin de la vida sexual. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Archives of Sexual Behavior revela que después de 50 años de matrimonio las parejas experimentan un aumento en el apetito sexual.
La investigación, llevada a cabo por un equipo de expertos de la Universidad de Baylor, la Universidad Estatal de Louisiana y la Universidad Estatal de Florida (EE.UU.) analizó la relación de las características sexuales maritales de 1.656 adultos casados con edades comprendidas entre los 57 y los 85 años de edad.
El examen de los datos reveló que las personas que volvían a casarse tenían menos relaciones sexuales que las parejas que mantenían su primer matrimonio pero ambas coincidían en satisfacción emocional y placer físico. Además, descubrieron una gráfica en forma de “U” respecto a la frecuencia de las relaciones sexuales en el matrimonio. Este repunte sucedía cuando las parejas habían pasado los 50 años de casados.
“Este estudio se suma a un pequeño pero creciente cuerpo de investigación sobre el comportamiento sexual de los adultos mayores”, afirma Jeremy Uecker, coautor del estudio.
Estos resultados son “intrigantes”, explican los investigadores, ya que este grupo demográfico apenas ha sido estudiado en el ámbito sexual. Para los autores, la permanencia en la relación podría contribuir a esa mejora en la vida sexual. “Cada uno es capaz de aprender acerca de su pareja y construir sobre eso con el tiempo. Es posible que se tenga un nivel más alto de confianza cuando uno piensa que su cónyuge no va a ir a ninguna parte. La expectativa de que la relación continuará puede darle más razones para invertir en la relación, incluso en los aspectos sexuales de la misma”, explica Samuel Stroope, coautor del estudio.
Está claro que los cambios naturales en el cuerpo conforme uno va envejeciendo (disfunción eréctil, artritis, incontinencia, medicación…) pueden afectar al deseo sexual de una pareja pero, al parecer, la “inversión” en una relación también obtiene sus frutos a partir de las bodas de oro.