Excélsior
Moscú.- Rusia rechazó ayer la idea de que uno de sus ataques aéreos haya podido herir a Omran, un niño sirio que vive en Alepo y cuya foto, con el rostro ensangrentado, dio la vuelta al mundo.
“Los aviones rusos que operan en Siria no atacan nunca objetivos en el interior de zonas pobladas”, aseguró el portavoz militar, Igor Konashenkov, mediante un comunicado.
Rusia no atacó ningún objetivo el miércoles en el este de Alepo, donde se tomó la fotografía, aseguró.
La foto de Omran, de 4 años, fue tomada poco después de un bombardeo en el barrio rebelde de Qaterji. La imagen del niño conmocionado, dentro de una ambulancia, dio la vuelta al mundo y suscitó indignación en internet.
Los barrios del este de la ciudad son regularmente objeto de bombardeos de la aviación del régimen o de Rusia.
Según Igor Konashenkov, Qaterji está situado al margen de las zonas bombardeadas por la aviación rusa, ya que el barrio colinda con los corredores humanitarios abiertos por Moscú para permitir a los habitantes huir de la ciudad asediada.
Las acusaciones de los medios de comunicación occidentales son “una explotación cínica” de la situación en Alepo y un “cliché de la propaganda antirrusa”, añadió el portavoz.
Según el funcionario ruso, el ataque fue cometido por los propios rebeldes para desacreditar los esfuerzos rusos en favor de la creación de un corredor humanitario.
Por otra parte, aprovechando una pausa en los enfrentamientos entre combatientes curdos y fuerzas oficialistas en una ciudad del noreste de Siria sus habitantes están huyendo a lugares más seguros.
La aviación siria bombardeó el jueves por primera vez posiciones de los rebeldes en Hasaké una ciudad de mayoría curda según activistas y otras fuentes.
Poco después se produjeron enfrentamientos, según un funcionario curdo. Un grupo activista dijo que aviones de guerra del gobierno sirio lanzaron nuevos ataques contra las zonas controladas por los combatientes curdos. Un funcionario curdo no respondió de inmediato a preguntas acerca de los ataques aéreos.
Los combates entre las tropas curdas y las fuerzas del gobierno podrían añadir una nueva dimensión a la guerra a muerte del país, ahora en su sexto año, abriendo potencialmente un nuevo frente en Siria.