Muy Interesante
La primera vez que la humanidad trató de poner el entorno urbano al servicio de las personas ocurrió en la Antigua Grecia, con la polis griega. Siglos después, en la actualidad, surge un nuevo concepto de metrópoli que busca recuperar ese protagonismo del ciudadano: son las llamadas smart cities.
Este concepto, que parece tan abstracto, no es más que un modelo de desarrollo urbano más sostenible, que permite crear una ciudad a la medida de sus habitantes, con un doble objetivo: mejorar su calidad de vida y repercutir positivamente en el medio ambiente. Y la clave para lograr ciudades más eficientes, sostenibles y habitables reside en la tecnología.
Santander, una ciudad inteligente pionera
La ciudad española de Santander cuenta con la mayor infraestructura urbana de IoT existente en el mundo. Miles de dispositivos, colocados por todos los rincones de la ciudad, aportan información en tiempo real sobre el estado de los diferentes servicios: agua, residuos, alumbrado, movilidad… Toda esta información no sólo está al servicio del Ayuntamiento, sino también de los ciudadanos, a través de aplicaciones móviles como Smart Santander RA.
Esta tecnología permite a los ciudadanos no solo llegar a la parada del autobús en el minuto exacto, sino también conocer los estacionamientos disponibles en las calles del centro, estar al tanto del estado del tráfico para diseñar la ruta menos congestionada, e incluso informar de desperfectos en la calle, que son remitidos al Ayuntamiento para ser reparados en un breve período de tiempo. El resultado: optimización del tiempo, de los recursos, y menos tráfico de vehículos, lo que se traduce en emisiones de CO2.
Big data: el reto de integrar la información
La gran infraestructura desplegada en Santander, comenta su actual alcaldesa, Gema Igual, “es solo el primer paso en el camino del desarrollo de una ciudad inteligente”. El gran reto es lograr integrar toda la información que se recoge en una sola plataforma que permita interrelacionar todos esos datos. Para ello, cuentan con la plataforma Thinking City, desarrollada por Telefónica y NEC, que, como un gran cerebro de la smart city, permitirá obtener una visión global para crear una ciudad aún más eficiente.
Este compromiso, detalla el Director de Negocios Digitales y T. Soluciones de Telefónica en el blog de Telefónica Onlife, “está en el propio ADN de la compañía”, y surgió desde el primer momento en que se imaginó a Santander como una smart city, proyecto que comenzó a desarrollarse en 2009.
Las ventajas de vivir en una ciudad inteligente
No hay duda de que las ciudades inteligentes son las urbes del futuro, y este modelo seguirá generalizándose con el paso de los años: una ciudad capaz de poner la tecnología al servicio de la comodidad de los ciudadanos para mejorar la calidad de vida y la eficiencia, lo que implica reducir el gasto público y limitar las emisiones contaminantes.
Santander también ha tenido en cuenta la necesidad de divulgar las bondades de vivir en una ciudad inteligente. Por ello, desarrolló en 2013 el Centro de Demostraciones Santander Smart City, que realiza labores de divulgación a residentes y visitantes.
Para 2025, se espera que en el mundo 88 ciudades puedan presumir de ser inteligentes. En el año 2050, el 80% de la población vivirá en ciudades. Todo apunta a que, como ya hicieron en su día las polis griegas, las smart cities lideren el futuro, de la mano de la revolución tecnológica.