Se desplomó vacunación infantil con AMLO, cuando era superior al 90% ahora está debajo del 60%

Redacción 

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, las tasas de vacunación en México han registrado una preocupante disminución, lo que ha generado alarma entre especialistas de salud pública, organismos internacionales y la sociedad en general. 

En el Sexto Informe de Gobierno, se expone un panorama desalentador: entre 2019 y 2023, la cobertura de vacunación para enfermedades prevenibles como el sarampión, la rubéola, la poliomielitis y la tuberculosis ha caído significativamente.

La vacunación infantil, que históricamente mantenía una cobertura superior al 90%, ha caído a menos del 60% en varias regiones del país. Este descenso amenaza los logros obtenidos en la erradicación y control de enfermedades que, aunque prevenibles, podrían resurgir si la cobertura no se restablece.

La drástica reducción en las tasas de vacunación viola los principios constitucionales de progresividad y no regresividad en la protección de los derechos humanos, particularmente en lo que respecta al interés superior de la niñez. Expertos señalan que uno de los principales factores detrás de esta situación es la reducción del presupuesto destinado a la salud pública, implementada como parte de la política de austeridad del gobierno.

Además, la transición confusa en la prestación de servicios de salud, con la desaparición del INSABI y otros intentos fallidos de reorganización, ha dejado al país con un sistema de salud fragmentado e ineficiente. La falta de una estrategia clara para la compra y distribución de vacunas ha sido otro factor determinante en la caída de la cobertura.

A este escenario se suma la creciente presencia de grupos antivacunas, cuyas campañas de desinformación han ganado terreno ante la ausencia de una respuesta sólida por parte del gobierno federal. La falta de comunicación efectiva ha permitido que estas narrativas se amplifiquen, afectando la confianza de la población en los programas de inmunización.

La situación es particularmente grave en zonas rurales e indígenas, donde la logística y distribución de vacunas se han visto afectadas por una errática estrategia gubernamental. El resurgimiento de enfermedades como el sarampión en diversas partes del país es una advertencia sobre los riesgos de mantener esta tendencia. La posibilidad de que enfermedades erradicadas como la poliomielitis regresen tampoco puede descartarse si no se toman medidas urgentes.

La caída en la vacunación infantil también pone en riesgo a las futuras generaciones, que podrían enfrentar mayores tasas de morbilidad y mortalidad por enfermedades prevenibles. 

Esto incrementaría la presión sobre un sistema de salud que ya enfrenta desafíos importantes, como el envejecimiento de la población y la prevalencia de enfermedades crónicas.

Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, expertos coinciden en que una de las principales prioridades del nuevo gobierno debe ser la recuperación de los niveles de vacunación. Esto implica aumentar el presupuesto en salud, mejorar la infraestructura y garantizar que las vacunas lleguen a todas las regiones del país. Asimismo, será necesario relanzar campañas de concientización para educar a la población sobre la importancia de la inmunización.

La estrategia de austeridad en áreas tan sensibles como la salud pública no puede continuar, especialmente en un contexto global donde el cambio climático y nuevas pandemias representan una amenaza constante.