Carlos Montes
Aguascalientes, Ags.- Este domingo se llevó a cabo la segunda novillada de la temporada chica que ofrece la Empresa Espectáculos Taurinos de México. Ahora a diferencia de la otra, esta no con un lleno rotundo pero si con un poco más de media plaza.
Se lidiaron novillos de la Ganadería de Cerro viejo, de excelente presencia y juego aceptable, que permito a los novilleros realizar trasteos buenos, pero sin mayor repercusión.
El primer novillo de la tarde lo lidió Rafael Reynoso, joven que en varias temporadas no había sido tomado en cuenta y que ahora pudo colocarse en este cartel, para que su actuación no tuviera mayor relevancia, al verse fuera de sitio y en momentos trompicado por el novillo, lo más importante de su trasteo fue la estocada en todo lo alto, para que con ello surtiera efectos rápidos y quedara todo en silencio.
Patricio Ochoa: joven moreliano de familia torera y ganadera. Su faena no fue más que pegar un muletazo aquí y allá, sin estructura y llena de dudas, para que de igual forma quedara en un silencio sepulcral.
En tercer lugar estuvo Héctor Gabriel, sin duda fue lo más trascendente de la tarde, al iniciar su labor muleteril con un péndulo que calo fuerte en los tendidos y lograr pegar una tanda de derechazos con temple, desgraciadamente esto se vino abajo, y con ello todo quedo en una salida al tercio.
Luis Manuel Castellanos, ¿ser o intentar ser? Creo que el vestirse de luces va más allá de querer aparentar una figura estética o poses para llamar la atención. Estos argumentos mencionados no permitieron que el chaval se desarrollara como lo que es, un novillero con ansia y hambre de demostrar por qué esta vestido de luces. Pasaportó un novillo bueno, con clase, pero Luis no aprovecho estas cualidades, por querer llamar la atención de manera equivocada.
Dicen que no hay 5º malo, y en esta ocasión no fue así. Alejandro Fernández, novillero Jalisciense, su verdor fue notable, no podemos decir más, ya que no trascendió su labor.
El debutante Fernando Vázquez le tocó el novillo de la tarde, al ser un toro con temple y calidad, gracias a estas cualidades Fernando tuvo momentos de arrebatos, que podríamos decir que fueron de los momentos más importantes de la tarde.
Y para concluir me atrevo a expresar lo siguiente por medio de este pequeño escrito. El torero se debe caracterizar con hambre y ansia de querer agradar a los que estamos presentes, más no solamente por decir que eres o intentas ser novillero, el ser torero va más allá que vestirse de luces y que al andar paseando por la calle te llamen “torero”.
Y pues bueno compañeros esto fue lo que aconteció en la segunda novillada de la temporada, para que con ello nos dé la oportunidad de disfrutar lo más hermoso. ¡La fiesta de los toros!