Redacción
Londres, Reino Unido.- Desde siempre hemos oído que para limpiar la cera de los oídos la mejor opción y que tanto nuestras madres y abuelas nos han inculcado, era usar cotonetes de algodón, pero la verdad es que esto no es del todo cierto. ‘The Sun’ ha recogido un reciente estudio de ‘Oxford University Hospitals’ donde demuestran que por más tentador que resulte quitar el cerumen con bastoncillos, puede crear un problema auditivo.
“Si usas un bastoncillo o cualquier otra cosa para limpiar los oídos, puedes interrumpir la forma natural de limpieza de los oídos. A menudo, la única cosa que se consigue es empujar la cera hacia dentro del canal auditivo, provocándote sordera temporal y causando daños a tu canal auditivo o tu tímpano”, declaran.
Cuando introducimos un bastoncillo en nuestras orejas, la punta empuja la cera más profundamente en el canal auditivo hacia el tímpano e impacta en él hasta llegar a provocar un bloqueo en el canal. Si esa acumulación de cerumen presiona contra la piel del tímpano, puede hacer que éste no vibre y causar así problemas de audición. Por tanto, no debería haber ninguna necesidad de su uso ya que según cuentan nuestros oídos, en realidad, se “autolimpian”, afirman. Además, en la guía de la ‘Oxford University Hospitals’ para pacientes señalan que “la piel de los oídos actúa como una cinta transportadora. Viaja por nuestro canal auditivo llevándose cualquier residuo con ella”.
Los expertos recomiendan que si tu “cinta transportadora” no funciona y experimentas un exceso de cera, lo mejor es visitar al médico para que te limpie los oídos con un procedimiento muy simple como por ejemplo sería la inyección de agua caliente a presión que consigue expulsar todo el cerumen o si el problema es mayor, que sea el propio profesional quien valore el caso antes de tomar medidas por nosotros mismos y causarnos un daño mayor.