Redacción
Nueva York, EU. – Como todos escuchamos constantemente, la IA se perfila a cambiar todo para siempre, reemplazará a trabajadores, creará nuevos medicamentos y quizás destruirá el mundo.
Pero por el momento, estoy más entusiasmado con las formas en que la IA ya puede solucionar los molestos problemas cotidianos que plagan mi vida laboral.
Puedo obtener ayuda si me distraigo durante una reunión, necesito escribir una nota diplomática a un colega molesto o necesito ayuda técnica de inmediato. Estos no son precisamente los problemas mundiales que la IA promete resolver, pero son el tipo de cosas que nos frustran constantemente.
Estos son siete de los mayores problemas que las herramientas de inteligencia artificial ya me han resuelto.
1.Me perdí en una junta
A veces, el ping de un mensaje entrante o el tedio de videollamadas consecutivas me hacen perder la noción de lo que sucede en una junta. Allí es cuando es útil un asistente de reuniones con IA. Estas herramientas transcriben, resumen y organizan lo ocurrido en una junta para que luego tengas un resumen ordenado. Algunos asistentes (como la transcripción integrada en Zoom y Teams, o la app complementaria de Otter.ai) incluso transcriben en tiempo real, para que puedas retroceder rápidamente en la conversación.
2.Me abruma el correo electrónico
La tarea de administrar el correo electrónico se ha vuelto mucho más fácil gracias a una nueva generación de clientes de correo electrónico que utilizan IA para clasificar la avalancha entrante y acelerar la labor de respuesta. Los programas de correo electrónico mejorados con IA, como Superhuman y Shortwave, pueden analizar el contenido de los mensajes y realizar un seguimiento de los diferentes remitentes, lo que les permite organizar tu bandeja de entrada por tipo de mensaje y prioridad. Los programas también pueden redactar respuestas a mensajes.
3.Tengo que lidiar con un colega molesto
A veces me enojo tanto con un colega que no coopera, discute o es condescendiente que no puedo evitar escribir un correo electrónico muy mordaz y hostil. Solía darme un período de reflexión de 24 horas antes de enviar esos borradores y luego dárselos a mi esposo para que los revisara y editara. Ahora le doy el mismo trabajo a la IA.
Si le digo a la IA algo como: “Por favor, redacta de nuevo esta respuesta para que sea constructiva y cordial, en lugar de hostil”, obtengo una nueva perspectiva sobre cómo enmarcar mis respuestas incisivas. Así aprendí a decir: “En las últimas semanas fue un desafío alinearnos directamente”, en lugar de: “Es súper frustrante que no pudieras dedicarme tiempo”. Todavía tengo la satisfacción emocional de ser tan directa como quiero, pero la IA convierte el borrador en un mensaje que realmente puede obtener el resultado que quiero.
4. Necesito soporte técnico
Rara vez pasa un día sin que necesite algún tipo de soporte técnico, como aprender a usar una app nueva o solucionar problemas con una plataforma de videoconferencia. Pero odio ver videos instructivos y no siempre tengo tiempo para leer un manual en línea o llamar a un fabricante. Ahora le pregunto a Perplexity o ChatGPT cómo solucionar mi problema. De esa manera, obtengo instrucciones paso a paso que se adaptan a mi nivel particular de experiencia y puedo hacer preguntas aclaratorias si me confundo o si mis pasos iniciales no funcionaron.
5. No entiendo el tema
Si necesito leer sobre un tema académico o técnico que es totalmente nuevo para mí, a menudo le pido a una IA de propósito general (como Claude, Perplexity o ChatGPT) que me brinde un resumen amplio del campo, o uso una herramienta de investigación académica habilitada con IA como scite para brindarme un resumen de los principales conocimientos en el campo. Pero eso es sólo un punto de partida, porque las IA a menudo basan sus resúmenes en un subconjunto peculiar de literatura académica, o de plano inventan cosas. Una vez orientada, elijo algunos artículos creíbles (con muchas referencias o que han sido recomendados por expertos) y hago que una IA los resuma y aclare cualquier punto que no entiendo.
6. Odio hacer trabajo tedioso
Aún no he hallado un empleo que no involucre cierta cantidad de trabajo tedioso, ya sea facturación, corrección de estilo, limpieza de datos u organización de archivos. Ahora le entrego casi todas mis tareas aburridas y molestas a una IA. Por ejemplo, tengo un proveedor que me entrega facturas en un formato que mi sistema contable no acepta; en lugar de rehacer esas facturas a mano (o pedirle a mi proveedor no experto en tecnología que las arregle), uso IA para que haga el trabajo por mí.
Me tomó cinco minutos encontrar el mensaje que hace la tarea: “Eres un agente de facturación de un proveedor. Tu función principal es tomar notas de facturación en bruto y organizarlas en una tabla estructurada. La tabla debe tener columnas para fecha, periodo de tiempo y horas trabajadas, con una fila por día. Tu objetivo es proporcionar información de facturación clara y precisa, garantizando que todos los detalles estén perfectamente organizados y sean fácilmente comprensibles”.
Una vez que tengo ese mensaje, puedo usarlo una y otra vez. Ahora todo lo que hago es pegar la factura más reciente de mi proveedor después de ese mensaje y obtengo una tabla que puedo colocar en Excel y enviar a mi app contable.
7. Necesito más ejemplos
Cuando trabajo en un artículo, presentación o reporte, a menudo batallo para encontrar el ejemplo perfecto para completarlo, lo que puede significar buscar horas en internet o pedir a amigos y colegas que compartan sus propios ejemplos y experiencias. Pero ahora le pido a un par de IA diferentes que me ayuden a pensar en más ejemplos, como darle a Claude y ChatGPT un borrador de los primeros seis problemas de este artículo y pedirles que sugieran más problemas que la IA podría resolver.
Cuando hice eso, las IAs me proporcionaron una lista que me recordó muchas otras formas en que la IA ha eliminado grandes puntos dolorosos de mi vida laboral. “Hallar información relevante en un mar de datos”: sí, a menudo subo hojas de cálculo a las IA y les pido ayuda para reorganizar o detectar patrones. “Mejorar la lluvia de ideas creativa”: es cierto que la IA ha eliminado el cuello de botella de necesitar a alguien con quien rebotar mis ideas nuevas, porque ahora siempre puedo recurrir a una IA para rebotarlas virtualmente. “Mejorar el manejo de redes sociales”: como sugirió ChatGPT, he usado la IA para analizar el desempeño de posts en línea y descubrir las mejores frases y títulos para actualizaciones futuras.
La lista continuaba, en una bella ilustración de lo que hace que las soluciones de IA sean tan poderosas: la IA no sólo puede abordar nuestros puntos dolorosos de trabajo, sino que también retiene una memoria de todo lo que ha solucionado, mucho después de que mi memoria humana olvida cómo era trabajar de otra manera.
Con información de El Diario de Juárez