La Jornada
La tasa de interés del Banco de México (BdeM) llegó a su máximo nivel desde que hay registro. En la penúltima reunión de política monetaria del año, y por mayoría, el organismo central elevó la referencia en 75 puntos base, siendo la cuarta ocasión consecutiva de un incremento de tal magnitud, con lo que esta pasó de 9.25 por ciento a 10 por ciento.
“Con esta acción, la postura de política monetaria se ajusta a la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3 por ciento”, explicó el banco central al dar a conocer su decisión; y advirtió que “vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden” en su trayectoria y expectativas, a fin de determinar una “tasa de referencia congruente en todo momento”.
Votaron a favor aumentar a 10 por ciento la tasa de política monetaria, la gobernadora del BdeM, Victoria Rodríguez Ceja; así como Galia Borja Gómez, Irene Espinosa Cantellano y Jonathan Heath. El voto disidente fue de Gerardo Esquivel Hernández, quien se pronunció a favor de incrementar la referencia, pero en 50 puntos base y no en 75 como respaldó la mayoría.
El nivel sin precedente en el que se ubica la tasa de interés del Banco de México —una referencia para el costo del crédito en el país, desde tarjetas personales hasta el financiamiento para gobiernos y empresas públicas—, se acompaña de una inflación que vacila entre bajar en términos generales, pero seguir al alza en sus componentes menos volátiles.
En su comunicado, el banco central explicó que “si bien algunos choques han dado señales de mitigación, el balance de riesgos que podrían incidir en la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico sigue sesgado al alza”.
Detalló: “tanto la inflación general como la subyacente han seguido afectadas por las presiones acumuladas derivadas de la pandemia y del conflicto bélico (entre Rusia y Ucrania)”, lo que ha llevado a que las expectativas sobre el avance de precios para 2022 y 2023 se volvieron a ajustar al alza, pero se sigue anticipando que se llegue a la meta de 3 por ciento en el tercer trimestre de 2024.
Un día antes del comunicado de política monetaria, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía informó que la inflación anual fue de 8.41 por ciento en octubre, lo que significó un avance menor que el registrado en septiembre. No obstante, la inflación subyacente, donde se concentran los precios de productos menos propensos a variar, sigue al alza.
Es este componente, el subyacente, gravita la decisión de política monetaria del Banco de México. La principal tarea del organismo es anclar la inflación y sus expectativas a su objetivo. En síntesis significa que el conjunto de precios en la economía mexicana no aumente más allá de 3 por ciento anual, con un rango que de flexibilidad que va de 2 a 4 por ciento.
Al respecto, el BdeM advierte que para el corto plazo, los pronósticos para la inflación general presentan revisiones marginales a la baja, mientras que los correspondientes a la subyacente se revisaron ligeramente al alza. De acuerdo con sus cálculos la primera llegó a su máximo en el tercer trimestre de este 2022, pero la segunda lo hará en los últimos tres meses.
La inflación acumula 20 meses fuera de ese rango objetivo del Banco de México. La escalada inició en marzo del año pasado, cuando el índice nacional de precios al consumidor se ubicó en 4.67 por ciento y de ahí siguió en ascenso hasta tocar un máximo en septiembre de 2022.
El Banco de México respondió a esta tendencia en junio de 2021, con la primera de las que ahora se cuentan 12 alzas consecutivas en la tasa de interés, y que han llevado la referencia de 4 por ciento. a mediados del año pasado, a 10 por ciento actual.
Pese al nivel sin precedente que tiene la tasa objetivo adoptada en 2008, que sustituyó al sistema de saldos acumulados, o el “corto”, analistas del mercado prevén que este ciclo alcista no ceda hasta los primeros meses del próximo año. El BdeM tiene una reunión más de política monetaria este 2022, el 15 de diciembre.