Redacción
Ciudad de México.-Para equilibrar la competencia electoral con Morena, la oposición no puede conceder espacios, por el contrario, debe disputar el marco referencial del cambio y trabajar territorialmente. El mejor ejemplo de ello es Tere Jiménez, gobernadora electa de Aguascalientes.
En las elecciones del pasado cinco de junio, la candidata del PAN lideró todas las variables de la contienda, incluso mucho antes de iniciadas las campañas. Aguascalientes es el único estado en el que la oposición al presidente López Obrador tuvo asegurado el triunfo de principio a fin.
Tere arrancó como favorita en las encuestas, a pesar de no ser la ungida por el gobernador Martín Orozco. Sus adversarias, particularmente la candidata de Morena, nunca pudieron acercársele siquiera a un dígito en las preferencias. La elección terminó con una diferencia de veinte puntos. La victoria del panismo fue incontrovertible.
Detrás del triunfo de Tere se encuentran las claves, lecciones e intuiciones que la oposición debe utilizar para poder competir con Morena en los siguientes ciclos electorales.
En parte la victoria se explica desde la competencia: la panista peleó y ganó a Morena desde dos espacios fundamentales para el partido oficialista: territorio y cambio.
Tere Jiménez fue alcaldesa de Aguascalientes durante periodos consecutivos. Ostentó el cargo cinco años durante los cuales hizo del territorio su principal fortaleza. Trabajó con especial atención en la zona oriente de la ciudad, donde se asientan los barrios y colonias populares de la capital hidrocálida. Una vez que llegó, nunca se fue, por lo que al llegar la campaña, Morena encontró resistencia en sectores en los que normalmente arrasa. El gran principio obradorista “Primero los pobres” fue ocupado por Tere.
Además se adueñó también del cambio, a pesar de ser la candidata del partido en el gobierno. Lejos de polarizar con el discurso morenista, se lo apropió a su estilo y en sus términos, compitiendo con el oficialismo por sus electores naturales.
Frecuentemente hemos visto a candidatos y candidatas opositoras renunciar al cambio, oponiéndose a él no solo desde la continuidad sino desde el rechazo al mismo. En un contexto en el que el ánimo social está por el cambio, renunciar a éste es concederle a Morena el principal segmento del electorado.
Desde la plataforma del PAN, Tere Jiménez se posiciona como una política de arraigo y arrastre popular. Entiende que derrotar a Morena no implica posicionarse como lo diametralmente opuesto a ellos, sino acercarse a lo que representan y no concederles espacios fértiles para el voto, sino competirles por los mismos.
Aspirantes de oposición que busquen algún cargo de elección popular en 2023 y 2024 deberán aprender de la experiencia hidrocálida, que si bien no es la única, es el mejor ejemplo reciente de cómo competir y ganarle a Morena con una dosis de su propia medicina.
* Estratega y consultor político.
@jm_arrigunaga
Edición: Ana Ordaz
Publicación La Jornada