Trump, condenado sin cárcel ni multa, será el primer presidente convicto

Redacción

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este viernes una sentencia de “libertad incondicional” en el caso de falsificación de registros comerciales, lo que significa que no enfrentará cárcel ni multa. La resolución marca un hito histórico al convertirlo en el primer mandatario convicto en un juicio penal que asumirá el cargo.

La decisión fue tomada por el juez Juan Merchan durante una audiencia en Nueva York, a la que Trump compareció de manera remota, a solo 10 días de iniciar su segundo mandato en la Casa Blanca tras ganar las elecciones de noviembre.

“Este es un caso extraordinario”, señaló el juez Merchan al dictar sentencia, en alusión al contexto político y mediático que rodeó el juicio. Sin embargo, concluyó que las circunstancias no ameritaban una pena mayor.

La Fiscalía de Nueva York había solicitado esta misma condena, aunque utilizó la audiencia para criticar duramente el comportamiento de Trump. “El presidente electo lanzó una campaña coordinada para socavar la legitimidad del juicio, sembrando el desprecio por nuestras instituciones judiciales y el Estado de derecho”, afirmó el fiscal Joshua Steinglass.

El caso se centró en un pago de 130 mil dólares realizado a la exactriz de cine para adultos Stormy Daniels antes de las elecciones presidenciales de 2016, presuntamente para silenciar una relación con Trump, algo que él niega. La Fiscalía argumentó que este pago fue registrado de manera fraudulenta en los libros contables de Trump.

Durante la audiencia, Trump tomó la palabra por primera vez en el juicio y reiteró su inocencia. “Esta ha sido una experiencia terrible. Fui tratado muy, muy injustamente”, afirmó. Su abogado, Todd Blanche, insistió en que los cargos nunca debieron haberse presentado y anunció que apelarán la decisión.

Trump ha mantenido su postura de que el caso es una “caza de brujas” y parte de un intento por evitar su regreso al poder. Sin embargo, su victoria en las elecciones de noviembre ha sido interpretada por él y su equipo como una vindicación ante las acusaciones.

El juez Merchan despidió a Trump con un lacónico “buena suerte”, cerrando un juicio que ha polarizado aún más a la opinión pública estadounidense y que sienta un precedente legal y político inédito en la historia del país.