Redacción
A cuatro meses del Super Bowl LX, previsto para febrero de 2026, el anuncio de que Bad Bunny encabezará el espectáculo de medio tiempo ha desatado una ofensiva política y cultural en Estados Unidos. Un grupo conservador, Turning Point USA, anunció que organizará un evento alterno el mismo día del juego, en rechazo a la participación del artista puertorriqueño.
La organización, fundada por el fallecido influencer Charlie Kirk, informó que su espectáculo paralelo se celebrará el 8 de febrero de 2026 y llevará como lema “fe, familia y libertad”. Aunque aún no se han revelado detalles, se prevé la participación de artistas de música cristiana, pop y country.
El anuncio llega en medio de una creciente tensión entre sectores conservadores y la industria del entretenimiento. Tras confirmarse que un latinoamericano encabezará el segundo evento deportivo más visto del planeta, figuras vinculadas al expresidente Donald Trump criticaron duramente la decisión de la NFL.
La polémica escaló cuando Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, amenazó con desplegar redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en las inmediaciones del estadio que albergará el Super Bowl, como una “respuesta simbólica” a lo que calificó como una decisión “ideológicamente provocadora”.
El malestar se intensificó luego de la aparición de Bad Bunny en el programa Saturday Night Live, donde el intérprete abrió el show con un discurso en inglés y español. “Tienen cuatro meses para aprender español”, dijo en tono sarcástico, frase que generó fuertes reacciones en redes sociales y fue interpretada por sectores conservadores como una burla hacia el público angloparlante.
Mientras la NFL defiende la elección de Bad Bunny como un paso hacia la diversidad y la inclusión, el anuncio ha puesto en evidencia la polarización cultural que atraviesa Estados Unidos. El próximo Super Bowl, además de definir al campeón del futbol americano, podría convertirse en otro escenario de disputa ideológica entre dos visiones opuestas del país.
