Van contra las Caravanas Coca-Cola a través de la CNDH

Redacción

Ciudad de México.- Las caravanas navideñas de Coca-Cola son un acto publicitario para incentivar el consumo de la gaseosa en infantes, denunciaron agrupaciones integrantes de la Alianza por la Salud Alimentaria.

En conferencia de prensa, anunciaron interpondrán una queja en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y otra ante el Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de Naciones Unidas, por la falta de la debida diligencia de Coca-Cola que se había comprometido a dejar de dirigir su publicidad a niños, niñas y adolescentes, señaló Javier Zúñiga, integrante del área legal de El Poder del Consumidor.

Asimismo, presentarán demandas de amparo contra los permisos otorgados por municipios a la refresquera para que realice sus caravanas de Navidad.

De acuerdo con la propia ley y los tratados internacionales, las empresas también están obligadas a proteger y respetar los derechos humanos. Lo que hace Coca-Cola con su publicidad depredadora afecta los derechos de la niñez y su interés superior, por lo que es necesario que se suspendan estas actividades de inmediato.

Recordó que en 2019, la CNDH emitió la recomendación 39/2019 sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes ante el incremento de sobrepeso y obesidad infantil. En ese documento, la CNDH analizó, entre otros aspectos, cómo la publicidad de los productos ultraprocesados y bebidas azucaradas es un factor determinante en la alimentación de la niñez.

Por ello, solicitan al organismo que emita una recomendación en la que se reconozca que esos actos, en los que intervienen las autoridades municipales y de alcaldías, representan una violación a los derechos de la infancia. Señalan que debe prevalecer el interés superior de la niñez y adolescencia sobre los intereses económicos.

La caravana ya se ha presentado en 13 ciudades, y se busca impedir las programadas en Chihuahua, Toluca, Torreón, Saltillo y Monterrey, así como en Iztapalapa.

Julieta Ponce, de COA Nutrición, advirtió que todo consumo de refresco puede ser riesgoso; es dañiño para las funciones neurológicas y cardiometabólicas. En población escolar afecta la cognición y memoria y propicia conductas adictivas, insomnio y déficit de atención e hiperactividad.

Con información de La Jornada