Sin Embargo
Ciudad de México.– La organización no gubernamental de servicios legales más grande de California, en Estados Unidos, aseguró que los menores de edad mexicanos no acompañados migran, principalmente huyendo de la ola de violencia generada por la corrupción e impunidad en su país de origen, lo que los convierte en víctimas fáciles de abusos tanto de autoridades como de particulares, entre ellos grupos criminales de ambos lados de la frontera.
“Hay un porcentaje importante de mexicanos, yo mismo tengo varios clientes de Guerrero, donde mataron a los estudiantes –los 43 normalistas de Ayotzinapa–. De ahí y de todo México, y vienen por la corrupción, porque hay cárteles y logran varios casos de asilo, porque tienen miedo, han matado a sus familiares y han sufrido algo muy grave”, dijo Miguel Mexicano, director de representación de la organización Esperanza Immigrant Rights Project (EIRP, por sus siglas en inglés), a SinEmbargo.
En perspectiva, el director de esta organización refirió que tan sólo el año pasado le tocó atender al menos 500 casos de niños no acompañados en la sede de la organización, ubicada en Los Angeles, California. El 15 por ciento mexicanos, y el resto provenientes de países de Centroamérica.
Hace un año y medio la organización puso una queja, junto a otras cuatro organizaciones de representación legal, al Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos por la detección de 114 niños que sufrieron violaciones a sus derechos humanos. Entre ellos, violencia física, maltrato y abusos sexuales.
Hoy, el panorama no es distinto, aseguró EIRP, pero, los recursos económicos de estas organizaciones no dan abasto para identificar y hacer seguimiento de todos los casos.
“Todo eso todavía pasa. Todavía hay muchos problemas que se ven en los centros de detención, y los niños todavía tienen lugares donde hace mucho frío, no tienen camas, los oficiales son abusivos, les gritan, o les dicen cosas feas”, dijo Miguel Mexicano.
Esta situación sería generalizada en distintas partes de los Estados Unidos, ya que son trasladados de una ciudad a otra, en caso de que una autoridad determine que no hay condiciones para recibirlos. Los datos registrados en la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR, por sus siglás en inglés) reflejaron que hubo fluctuación en los países expulsores de migrantes menores no acompañados.
“Eran muchachos que nos reportaron. Pero la mayoría se unieron con sus familias, todos tomaron su propio camino. Algunos fueron a la corte y ganaron su asilo. Hay otros que fueron deportados”, refirió el director del Organización No Gubernamental (ONG).
Por el otro lado, el envío de los menores a hogares patrocinantes también resulta una fuente de atropellos. Este lunes una investigación de la agencia internacional de noticias Associated Press (AP) reveló que al menos una docena de niños migrantes no acompañados, en su mayoría centroamericanos, han sido abusados sexualmente.
La falta de camas fue una de las excepciones para que el Departamento de Salud y Asistencia Social de Estados Unidos se hiciera cargo de los menores, esto propició en los últimos tres años la relajación de ciertas políticas de protección de menores y colocaron a algunos de los niños en hogares donde fueron agredidos.
“A veces los oficiales de migración no investigan bien cómo está la situación en un hogar, si los investigan a los adultos para que saquen sus huellas, para que demuestren que no tienen antecedentes. A veces, también hay otro adulto en el mismo hogar, y son abusivos”, detalló Mexicano.
Sin embargo, el descuido de las normas fue aún más allá. En abril de 2014, la agencia dejó de exigir las partidas de nacimiento originales como verificación de la identidad de los adultos patrocinantes.
Al siguiente mes, dejó de exigir que se llenen los formularios donde se pedía la información personal de los mismos. Luego dejó de exigir la revisión de prontuarios criminales del FBI [Buró Federal de Investigaciones] para muchos de los patrocinantes.
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Esto es claramente la punta del iceberg”, declaró a AP, Jacqueline Bhabha, directora de investigaciones del Centro FXB para la Investigación de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard. “Jamás permitiríamos que esto le ocurriera a niños estadounidenses”.
Los defensores de los niños dicen que es difícil determinar el número exacto de niños sometidos a abusos entre los 89 mil que fueron colocados en hogares adoptivos desde octubre de 2013, debido a que muchos de los niños no han sido encontrados, refirió la agencia de noticias internacional.
Desde la modificación de las normas, AP detectó más de dos decenas de casos en que niños fueron colocados en viviendas adoptivas donde fueron abusados sexualmente, obligados a trabajar o maltratados.
“Esto es claramente la punta del iceberg”, declaró a la agencia Jacqueline Bhabha, Directora de investigaciones del Centro FXB para la Investigación de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard. “Jamás permitiríamos que esto le ocurriera a niños estadounidenses”.
En tanto que en junio de 2014, Felipe González Morales, relator sobre los Derechos de los Migrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dijo a SinEmbargo que agentes fronterizos de Estados Unidos abusaron sexualmente de menores centroamericanos tras detenerlos en la frontera con México.
Uno de los casos detectados por la AP es el de un joven guatemalteco de entonces 14 años que llegó a la frontera en septiembre de 2014 y fue llevado al apartamento de un patrocinante en Los Ángeles, donde estuvo confinado por tres semanas. El joven, Marvin Velasco, dijo en una entrevista que durante esas tres semanas ese pariente lejano le privó de comida.
“Él le dijo a las autoridades que me iba a llevar a la escuela, que me iba a dar de comer y vestir, pero eso no fue así, para nada”, dijo Velasco, que desde entonces ha recibido un status migratorio especial. “Todo ese tiempo lo único que yo hacía era rezar y pensar en mi familia”.